Tras cese al bloqueo: Miles de pescadores volvieron a faenar en Gaza

Ago 28, 2014

La salida de los pescadores supuso este jueves un pequeño impulso de optimismo en Gaza y llevó a muchas personas a los mercados, en busca de comida fresca.

(EFE) Tras años de bloqueo israelí, cerca de 4.000 pescadores gazatíes desmadejaron la noche de este miércoles 27 de agosto sus redes y llenaron al día siguiente las lonjas con un pescado que durante los siete últimos años no era más que un peligroso sueño: el que nadaba a seis millas de la costa.

«Desde anoche y hasta hace unas horas, los pescadores de Gaza han logrado capturar más de 20 toneladas de pescado de diferente clase, después de que Israel levantara la prohibición y se pudiera sobrepasar las tres primeras millas», explicó Nizar Ayyash, el presidente de la cofradía de pescadores de la Franja.

«Esperemos que el acuerdo se cumpla y en las próximas semanas podamos llegar a las nueve millas y a las doce millas, como se ha pactado. Hoy han salido al mar mil barcos y cerca de cuatro mil pescadores», agregó en un comunicado enviado a la agencia EFE.

La ampliación de la zona de pesca es uno de los primeros efectos del alto el fuego permanente sellado el pasado martes entre Israel y las milicias palestinas tras 50 días de combates en los que murieron más de 2.100 palestinos, en su mayoría civiles palestinos, y 69 israelí, 64 de ellos soldados, además de un trabajador extranjero.

Además de esta medida, que la comunidad internacional demandaba desde hace años, Israel y Egipto se han comprometido a abrir los pasos fronterizos y permitir la entrada de ayuda humanitaria y materiales de construcción.

Para septiembre ha quedado aplazada la discusión de otras de las principales demandas palestinas, la reconstrucción del puerto y el aeropuerto de Gaza, fundamentales para la recuperación de la arruinada economía palestina.

La salida de los pescadores supuso este jueves un pequeño impulso de optimismo en Gaza y llevó a muchas personas a los mercados, en busca de comida fresca.

«Vivimos al lado del mar, y durante los últimos 50 días no hemos podido comer un solo pescado, porque los pescadores no podían salir a faenar», explicó Hasam Abu Watfa, de 38 años.

«Escuché que los pescadores habían podido salir hoy (jueves) y por eso he venido al mercado a buscar pescado. Espero que esto pueda durar y la calma sea de verdad permanente», agregó con una mezcla de entusiasmo y esperanza inusual en la Franja.

Una felicidad que compartió Hanan Saleh, de 45 años y madre de seis hijos, aunque por razones distintas.

Desplazada hace semanas a la casa de unos familiares y con el marido en el paro, recibió dos raciones de comida enlatada, aceite, azúcar y arroz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

«Mi marido no trabaja y no hemos tenido ningún tipo de ingreso en los últimos dos meses, en los que hemos vivido de la caridad de los vecinos y de las organizaciones caritativas locales», explicó a EFE en el barrio de Daraj, en el centro de Gaza.

«Una vez que la guerra ha acabado, escuché que podía ir a los centros de la UNRWA y registrarme. Hoy me han dado comida y me han dicho que puedo venir una vez por semana. Ojalá la calma se mantenga y mi marido pueda trabajar, para que no necesitemos ayuda», agregó con indisimulada alegría.

Según datos de la oficina para Asuntos Humanitarios de la ONU, más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares durante los bombardeos israelíes y a refugiarse en escuelas, hospitales o viviendas de familiares.

Además, se calcula que cerca de 17.000 de esas familias no podrán regresar a sus casas ya que estas han quedado completamente destruidas o sufren daños estructurales que las hacen inhabitables, y que más de 5.000 inmuebles necesitaran reparaciones que durarán más de un año.

Asimismo, más de 150.000 palestinos dependen de la ayuda alimentaria que proporcionan tanto la UNRWA como el Programa Mundial de Alimentos, cuyos empleados ayer pudieron cruzar el paso de Rafah por primera vez desde que en 2007 Israel impusiera un férreo bloqueo económico y un estricto asedio militar que han estrangulado la Franja.

El alto el fuego permanente ha significado un alivio para las poblaciones de Gaza y el sur de Israel, pero también el inicio de una batalla dialéctica entre el Gobierno israelí y el movimiento islamista Hamás, que controla Gaza, para arrogarse una dudosa victoria política y militar.

Anoche, tanto el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como el líder político del movimiento islamista en Gaza, Ismail Haniye, pronunciaron discursos triunfalistas.

Pero según un sondeo publicado por el diario «Haaretz», el 54% de los israelíes creen que no ha habido ganador alguno, mientras que otro 25% confía en la victoria de su país y 16% más la atribuyen a Hamás.

Aún así, el 42 % de los israelíes consultados creen que Netanyahu es todavía el político que mejor puede desempeñar el puesto de primer ministro, frente al 12% que prefiere al líder laborista Yizhak Herzog.

Igual respaldo -un 11%- tienen los dos líderes ultranacionalistas que se han opuesto al acuerdo de alto el fuego permanente sellado el pasado martes, los ministros de Exteriores, Avigdor Lieberman, y de Economía, Naftalí Bennett.

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