Después de finalizar su segunda y tercera marea de 2014, la flota completa de Globalpesca comenzará de manera diferida, durante el mes de diciembre, a recalar en Punta Arenas (Región de Magallanes).
El primer buque que llegó es el Globalpesca II, el cual terminó su segunda marea, atracó el pasado viernes 5 de diciembre en el muelle Prat de la ciudad. Los próximos serán el Globalpesca I y Globalpesca III, los que se espera arriben sin novedades hoy martes 9 de diciembre.
Durante su estadía, el Globalpesca III ingresará al astillero de Asmar para realizar mantenimiento periódico, mientras en Globalpesca I y Globalpesca II permanecerán en Puerto Prat descargando la pesca y realizando mantenimientos menores. Las naves zarparán a zona de pesca durante enero de 2015, por lo que a partir de la primera semana del año, se realizarán aprovisionamientos de víveres, combustible, carnada y materiales de pesca, entre otros.
Las faenas de pescas que inician en enero serán mantenidas hasta la extracción total de la reducida cuota, las que no debieran extenderse más allá del primer semestre del año. Las operaciones para el resto de 2015 serán evaluadas, pues para este año se mantuvo la cuota luego de la drástica baja sufrida en 2014. Al respecto, el gerente de Globalpesca en Punta Arenas, Eduardo Infante, dijo que “el año pasado la autoridad bajó las cuotas de pesca del bacalao de profundidad a un tercio del año anterior, como empresa hicimos un sacrificio enorme para poder seguir operando con los tres buques de la flota y mantener los casi 150 puestos de trabajo; pero como todo sobreesfuerzo es insostenible en el tiempo y ya llevamos muchos meses en esto. Llegó el momento de preguntarse ¿hasta cuándo?”.
Comités de manejo
La Subsecretaría de Pesca y Acuicultura falló en conformar el Comité de Manejo de la pesquería en los plazos estipulados en la ley, por lo que el Comité Técnico Científico no contó con el Plan de Manejo para la toma de su decisión. Al respecto, Infante emplaza a las autoridades al aseverar que “es impresentable que, por un actuar desidioso, se ponga en riesgo la flota pesquera de Punta Arenas, la economía regional y la fuente sustento de cientos de familias magallánicas. Alguien tiene que dar la cara y asumir las consecuencias políticas”.