Con brochas en mano, herramientas, compromiso y colaboración, un equipo de 17 colaboradores de Ventisqueros, junto a 10 apoderados y familias de la Escuela Rural de Pichicolo, llevó a cabo el primer voluntariado corporativo “Construyendo comunidades con el Orgullo Salmón”: una jornada de trabajo comunitario en la comuna de Hualaihué que dejó huella.
“Este voluntariado no es solo una acción simbólica: es una forma concreta de decir presente, de construir relaciones de confianza y de aportar desde lo que somos. Aquí no hubo jerarquías, solo personas comprometidas con una comunidad que también es parte de nosotros”, destacó el encargado de Relacionamiento Comunitario de Ventisqueros, Raúl Salvatierra.
Durante la actividad, se pintaron tres salas de clases, la biblioteca, el comedor y un mural en el acceso principal del establecimiento. Además, apoderados y vecinos participaron en labores de carpintería, reparación del invernadero y mejoras en el muro de escalada, dando respuesta a necesidades identificadas por la propia comunidad escolar.
Participaron colaboradores de distintas áreas de la compañía —gerencia de Personas, Contraloría, Comercial, Transformación y gerencia Técnica—, quienes compartieron además un almuerzo comunitario con el club de adulto mayor de la zona, preparado con salmón, ensaladas y arroz.
La Escuela Rural de Pichicolo forma parte de la Red de Escuelas Sostenibles, integrada por 14 establecimientos que cada año son apoyados por Ventisqueros a través del financiamiento de proyectos sustentables. Además, ha sido beneficiaria del Fondo Concursable Ventisqueros, fortaleciendo una alianza que ya tiene historia.
“Queremos que el Orgullo Salmón también se viva en el territorio, con acciones que nacen desde el diálogo y el compromiso con nuestras comunidades vecinas. Esta jornada es solo el comienzo de una forma distinta de vincularnos”, agregó Salvatierra.
Fotografía: Ventisqueros