(Diario Financiero) El actual presidente de la salmonicultora AquaChile, Víctor Hugo Puchi, reconoce que no tuvo «contacto directo» con Patricio Aylwin, pero eso no fue excusa para observar el tipo de liderazgo y la actitud que demostró el ex Presidente de la República. Por esto, advierte que habla desde su «visión de ciudadano», de espectador, de lo que queda en la mirada histórica.
¿Cómo ve la figura y el rol jugado por Aylwin?
Escuchando en estas pocas horas después de su muerte un poco la historia de la época, su rol, lo que uno puede rescatar es el tremendo liderazgo en unir posiciones diversas y volver a un régimen democrático, en las circunstancias en que vivió el país en esa época. Muestra un líder capaz de influir, convencer y al mismo tiempo capaz de dialogar. Cuando uno aplica la historia de don Patricio, la aplica a la situación actual que vive el país, rescata el valor del liderazgo, el valor de tener líderes creíbles que inviten a la unión de la sociedad, a mejorar el vocabulario, a mejorar el diálogo, que es lo que está faltando hoy. El nivel de desencuentro en término de críticas y responsabilidades que se establecen entre unos y otros, hace que no haya progreso en establecer confianzas.
Mirando la situación que atraviesa hoy el país, ¿se ven políticos de ese estilo?
Cuando uno lee la prensa, los comentarios, hay un nivel de desprestigio de los distintos tipos de liderazgos; líderes religiosos, políticos, empresariales. En general, hay falta de confianza y cuando hay falta de confianza hay que crear los medios para decir ‘olvidémonos un poco del pasado y veamos el futuro’. Hemos tenido un tremendo pasado de haber sido capaces de progresar en forma distinguida en Latinoamérica, hemos tenido presencia en los mercados. Y, por lo tanto, uno dice, habiendo hecho eso, cómo podemos transitar hacia algo que haya más concordia entre la gente, entre las posturas.
¿En época de reformas ese estilo de hacer política cobra más relevancia?
Claro, es como poner a la gente, a los líderes, en un plano más positivo de construir más que culpar mutuamente las cosas malas que pudieran haber ocurrido.
¿Cómo vio el Gobierno de Aylwin en términos económicos?
Si uno mira los números, lo que ocurrió en el período de Aylwin, hubo un crecimiento económico muy bueno. Ahora, la razón de por qué ocurrió, si estaban los parámetros definidos o el ambiente económico internacional ayudó a esto, no tengo opinión. Pero hubo una bonanza económica y hubo también un desafío de decir ‘bueno, hagamos el crecimiento más equitativo’.
Cuando uno mira hacia atrás hoy era absolutamente razonable y uno aprende de la historia, de cómo lo que en el momento puntual parecía como una amenaza a la estabilidad económica, no fue así.
Es decir, se derribaron esas creencias…
Lo que uno hace cuando mira la historia, es decir ‘es una buena lección para mirar para atrás y cómo enfrentar la situación de hoy en Chile’. Lo que más privilegió el Presidente fue el mantener unidad, escuchar, dialogar y enterrar los factores de incertidumbre en un clima muy complejo. Entonces, tal vez hoy va a ser súper útil educar a nuestra juventud, sobre todo que no vivió esa realidad, y que la historia nos sirva para ver cómo salimos del pantano que estamos en términos de falta de confianza.
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