Año a año, durante el periodo estival, la industria salmonera debe estar particularmente pendiente sobre eventuales Floraciones de Algas Nocivas (FAN) que puedan afectar el proceso productivo.
La especial atención que cada centro de cultivo, situados principalmente en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, coloque en este fenómeno, se produce porque el elemento requerido para el desarrollo del fitoplancton es provista exclusivamente por la radiación solar, lo que en buena medida explica por qué los blooms se presentan en la época de verano-otoño.
Por ello, el gerente general de Aisberg, Víctor Valerio conversó con Medios AQUA y analizó los desafíos del verano en el cultivo de salmones en el sur de Chile. “Dentro de esa estación, sin embargo, el nivel de radiación está determinado por la cobertura nubosa, por tal razón, ante un verano con poca nubosidad, se ve favorecido el mayor desarrollo de fitoplancton respecto a otro con mayor nubosidad. Por consiguiente, en presencia de radiación solar suficiente, el incremento de la biomasa fitoplanctónica puede estar limitada por la concentración de nutrientes como el nitrato, fosfato y sílice en el agua”, explicó.
Añadió que “en la Patagonia Norte, el nitrato y fosfato suelen ser más abundantes en aguas profundas, mientras que una buena parte del sílice ingresa desde el continente a través de los ríos hacia el mar. En general, la turbulencia que producen los vientos de mayor intensidad suele resultar en un aumento de la mezcla vertical, lo que permite movilizar nutrientes desde la parte inferior y poco iluminada de la columna de agua hacia la superior, aquella donde penetra la radiación solar”.
Explicó que “esta mayor turbulencia y flujo de nutrientes favorece el desarrollo de diatomeas grandes, siempre que estén acompañada de una adecuada concentración de sílice. Por ello, las floraciones más fuertes de diatomeas grandes, que no suelen ser nocivas, se ocasionan en los días despejados, con viento típicamente del Sur, las cuales se alternan con eventos de viento Norte que, por asociarse a eventos de lluvia, mantienen en buen nivel la inyección de sílice por parte de los ríos continentales”.
Agregó que “por el contrario, cuando los eventos de viento Norte bajan su frecuencia e intensidad, el flujo de sílice se reduce, al igual que la turbulencia y la inyección de nutrientes que de ella resulta. En esas condiciones, el nicho dejado por las diatomeas es aprovechado por especies que requieren niveles relativamente bajos de concentración de nutrientes, lo cual se produce por la poca turbulencia presente en el agua, y que no requieren sílice, como fitoflagelados y dinoflagelados. Finalmente, un verano-otoño con alta radiación, baja precipitación y viento Sur sostenido, pero moderado, tiende a favorecer el desarrollo de FAN”.
Paralelamente, “en lo relativo a los niveles de oxígeno, es consistente que en Patagonia Norte se observe que los valores más bajos de oxígeno disuelto se presenten sistemáticamente entre mediados de las estaciones de verano y fines de otoño. Se sabe que la magnitud de la baja estacional se asocia al ingreso de agua profunda desde la costa Pacífica a través de la Boca del Guafo, siendo ese transporte de agua vinculado a su vez con la intensidad y frecuencia de eventos de viento del Sur en el océano costero”.
Afirmó que “los años en los que el viento sur sea más intenso y persistente, probablemente serán años en los que el ingreso de agua profunda hacia los canales interiores sea más intenso y, por ello, en los que la baja estacional del oxígeno disuelto alcance niveles más alarmantes. Ahora bien, se sabe que los eventos de disminución de oxígeno que afectan las jaulas de peces tienen una duración acotada, del orden de días, pero no de semanas. En efecto, el agua que ingresa desde el océano es más densa, por lo que se mantiene a una poca profundidad. La ocurrencia de eventos de reducción de oxígeno en los centros está controlada usualmente por el viento local en interacción con la batimetría y geometría de la costa de cada sitio. Cuando esa interacción da como resultado un movimiento de agua profunda hacia la superficie, la probabilidad de un evento local de descenso de oxígeno en las jaulas se incrementa”.
Pronóstico atmosférico y oceanográfico
El ejecutivo indicó que “es claro que los mecanismos que explican eventos de baja de oxígeno tanto como de FAN, están forzados en buena parte por procesos atmosféricos de diversa escala temporal y espacial. En consecuencia, elaborar una noción o percepción del impacto de las condiciones atmosféricas actuales sobre las condiciones oceanográficas relevantes para las operaciones de engorda en la diversidad de concesiones distribuidas en la Patagonia Norte es extremadamente compleja, lo cual excede con mucho la cantidad de profesionales expertos disponible en el país para esta tarea”.
“Es ahí donde el uso de herramientas de pronóstico atmosférico y oceanográfico adquieren un rol extremadamente relevante. Este es uno de los productos desarrollados por Aisberg: el Pronóstico Ambiental Productivo (PAP), el cual abre la posibilidad de que en cada centro de engorda se pueda tener una visión inmediata de las variables ambientales críticas para los próximos 3 a 5 días, periodo que en buena parte de los casos permite planificar y preparar acciones que permitan adaptar de la mejor manera posible los procesos propios de cada centro para minimizar pérdidas, mejorando así la rentabilidad del proceso. Esa capacidad de pronosticar las variables ambientales no controladas y sus consecuencias sobre la operación de engorda, habilita la sistematización del proceso continuo de adaptación al que llaman acuicultura de precisión, el cual permite alcanzar un proceso más eficiente, rentable y sostenible para cada uno de nuestros clientes”, culminó el gerente general de la compañía.
Fotografías: Aisberg