(Diario Financiero) Luego de años sin disponer de recursos biológicos suficientes, al igual que toda la industria, y tras perder todas sus instalaciones a raíz del tsunami de 2010, Pesquera Landes espera ver números azules en 2014.
«Este año nos fue mucho mejor que el anterior. Tendremos ganancias y no pérdidas como en años anteriores», aseguró Andrés Fosk, gerente general de la firma ubicada en la Región del Biobío.
En los últimos años la empresa ha invertido en nuevas plantas para elaborar productos para el consumo humano, un proceso que ahora detuvieron.
«Los temas de inversión los tenemos congelados. Nuestra industria no está exenta a la realidad nacional, donde toda esta incertidumbre y avalancha de nuevas reformas, donde solo Dios y ellos (Gobierno) entienden para qué son, hacen que todos los inversionistas estén frenados. Con esta incertidumbre, no estamos en condiciones de invertir. Sería una locura», argumentó el ejecutivo de la compañía ligada a las familias Bohorodzaner y Fosk.
A juicio Andrés Fosk, la reforma que más le afectaría a Landes es la tributaria. «Cuando a un inversionista cada vez que se gane un peso, le quitarán más, la verdad es que las ganas de invertir se van», afirmó.
Cuotas 2015
El sector pesquero está sumido en la incertidumbre frente a las cuotas que fijarán los comités científicos y que serán dadas a conocer por la autoridad a mediados de este mes.
Fosk pronosticó que estas deberían ser parecidas, aunque aclaró que respecto de esta definición que determinará buena parte de la actividad pesquera el próximo año, hasta ahora solo existen rumores. «Este año fue bueno y se cumplirán la mayoría de las cuotas. Lo importante es que ahora todas las cuotas se están fijando bajo criterios científicos y sostenibles», destacó.
Hace un par de años, parte de las pesqueras del Biobío se fusionaron operativamente para enfrentar las menores cuotas derivadas de pesquerías sobre explotadas. Así fue el caso de Pacific Blu (Blumar, Pesquera Bio Bío y Congelados Pacífico) o de Marfood (Alimar y FoodCorp).
Sin embargo, en Landes pretenden seguir funcionando de forma independiente. «Somos más porfiados. Tenemos acuerdos de cooperación puntuales y no veo la posibilidad de que profundicemos esto», reconoció el gerente general.
Esta empresa captura jibia mediante el arrastre, y cerca del 55% de su negocio está basado en productos dirigidos al consumo humano, entre los cuales figura el jurel, su principal producto en esta área.
Las actividades de Landes también consideran la producción de harina y aceite de pescado a partir de sardina y anchoveta. «Ojalá también encontráramos una forma de hacer productos para el consumo humano con las sardinas y anchovetas (…) es un desafío en el que siempre estamos pensando», concluyó Fosk.
Fin del arrastre: «Un error garrafal»
Una de las preocupaciones de la industria pasa por la revisión que el Gobierno realizará a la pesca de arrastre, sistema que se usa en todos los países con actividad pesquera y que de ser eliminada, sostuvieron en la industria, acabaría con las extracciones para consumo humano.
«El terminar con el arte de arrastre en pesca sería un error garrafal, porque tendría un efecto muy nocivo a nivel social y del consumidor», aseveró el ejecutivo.
El presidente de Pacific Blu, Jan Stengel, en tanto, agregó que «si se acabara el arrastre, desaparecería por completo la extracción de pesquerías de consumo humano como el camarón, langostino y gran parte de la merluza». El empresario acotó que de concretarse una decisión de este tipo implicaría dejar desempleadas a unas 60.000 personas.