Se vienen meses duros para pescadores artesanales de las caletas pesqueras de Navidad, en la Región de O’Higgins y Constitución en la región del Maule, especialmente de aquellos que realizan su actividad en la ribera de los ríos.
Y es que la crecida de los cauces provocó la pérdida de algunas de sus embarcaciones, casetas con materiales de pesca y los muelles sufrieron daños y desplazamiento por socavamientos producto de las fuertes corrientes.
Así lo dieron a conocer Cecilia Masferrer, presidenta de la Federación de Algueras de Navidad, y Claudio Osses, presidente del Sindicato de pescadores independientes de la Ribera del Río Maule, en Constitución; quienes relataron cuales fueron los daños provocados y lo que les espera en adelante.
“Nos sentimos un poco abandonados porque las autoridades locales vinieron, pero no nos brindaron ayuda de ningún tipo. Perdimos un bote con motor, una caseta con materiales de pesca, casas totalmente inundadas y la pérdida total del muelle de la caleta El Dique, donde funcionan 16 embarcaciones de pescadores artesanales, por lo que creemos que tenemos para al menos dos meses y medio sin trabajar”, precisó Osses.
Y agregó, “somos seis a siete familias las que estamos con más pérdidas y que corresponden al sindicato de pescadores de la Ribera Río Maule. Hacemos un llamado a las autoridades a hacer un catastro con las personas verdaderamente afectadas para que no pase como en otras catástrofes que llega ayuda a quienes no han sufrido ninguna pérdida y hay abandono de los reales perjudicados”.
Por su parte la dirigenta de Navidad, Cecilia Masferrer, cifró las pérdidas materiales en el extravío de embarcaciones y destrozo en los muelles de embarque y desembarque. “Hace unos 20 años que el río no crecía de esta manera y las marejadas alcanzan olas de dos metros, por lo que se vienen meses difíciles para la pesca artesanal”.
“Pedimos a la Dirección de Obras Portuarias que nos visite para ver la reparación de nuestra rivera y poder seguir trabajando lo antes posible, sobre todo lo que es la pesca artesanal de río y los muelles de turismo”, enfatizó Masferrer.
Y culminó apuntando a la responsabilidad que tienen quienes están a cargo de la Represa Central Rapel y la apertura poco controlada de las compuertas. “Me imagino que debe haber ingenieros y profesionales conectados con Senapred, que hagan mediciones de la cantidad de agua que debe ser liberada en el tiempo”.
“A nosotros nos dieron aviso de la apertura de las compuestas a la medianoche, con un calendario de apertura que consideraba descargas paulatinas. De inmediato se dio aviso a todos los pescadores y bajaron a tantear la situación pero no pasaron más de dos horas y el caudal subió hasta provocar el daño que vemos en las fotografías. Agradecemos a Dios que había luz y no llovía al momento del aviso”, precisó la dirigenta.
Fotografía: Conapach