Buques tocan bocinas durante una hora en rechazo a anular la Ley de Pesca

Ene 27, 2016

Trabajadores de la industria pesquera se oponen a cambiar de fondo la actual legislación que regula al sector.

Como una forma de manifestar su rechazo y, según dijeron, su «estado de alerta» ante los posibles cambios a la Ley de Pesca a partir del proyecto de nulidad presentado por la bancada del Partido Comunista (PC) y la Izquierda Ciudadana (IC), las naves en puerto de la flota industrial pesquera en distintas zonas del país tocaron sus bocinas ininterrumpidamente entre las 11:00 horas y el mediodía de este miércoles 27 de enero.

Específicamente, la acción de los trabajadores de la pesca industrial se llevó a cabo en los puertos de Iquique (Región de Tarapacá), Mejillones (Región de Antofagasta), Caldera (Región de Atacama), San Vicente, Coronel (en la Región del Biobío) y Puerto Aysén (Región de Aysén).

«Rechazamos enérgicamente todo el show político y mediático que se ha armado en torno a la Ley de Pesca; por esto, hicimos sonar las bocinas de nuestras embarcaciones en señal de alerta, para que todo el país sepa que los trabajadores pesqueros no nos quedaremos sentados esperando que una vez más nos pasen a llevar y nos dejen en la calle», argumentó el presidente del Sindicato de Tripulantes, Hugo Roa.

Para los trabajadores industriales es «negativo no tener reglas claras, ya que no podemos proyectar nuestras fuentes laborales en el tiempo. Nuestra estabilidad se basa en la participación que tiene la industria sobre los recursos. Por ello, cuando se habla de licitar las cuotas o de cambiar el fraccionamiento nuevamente en favor de los pescadores artesanales, tiemblan nuestros empleos», complementó el presidente del Sindicato de Capitanes, Juan Carlos González.

De igual manera, sostuvieron que durante el año 2000, «cuando las cuotas disminuyeron considerablemente, se paralizó el 75% de la flota industrial del país, quedando muchos trabajadores cesantes», puntualizó Eric Riffo, quien es presidente del Sindicato de Motoristas. Luego, añadió, en 2013 se acordó «uno de los mayores traspasos de pesca de la industria al sector artesanal, lo que nuevamente derivó en la paralización de barcos, dejando una estela de cesantía cuyos efectos se sienten hasta hoy; peor aún, el Estado no cumplió los compromisos y dejó abandonados a los trabajadores, aseguró Riffo.

Para cerrar, el timonel de los motoristas comentó que «lamentablemente, muchos de nuestros parlamentarios y autoridades de Gobierno creen que atacar a las empresas y defender a los artesanales es el camino correcto, pero no ven que con sus acciones populistas y antojadizas están dañando una vez más a los trabajadores de este país; en este caso, a más de 35.000 personas que luchan honradamente día a día para llevar el sustento a sus hogares», concluyó Riffo.

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