Miden menos de un milímetro y se desprenden de nuestra ropa cuando la lavamos. Hablamos de tejidos sintéticos (poliéster, rayón y nylon), los que sueltan minúsculas fibras de plástico cada vez que realizamos una acción tan cotidiana como lavar la ropa en la lavadora, los que finalmente acaban en el mar, afectando la biodiversidad y contaminando ecosistemas marinos.
Un estudio de la Universidad de Barcelona, realizado en el 2018, determinó que cada ciclo de lavado puede liberar hasta 700.000 micropartículas plásticas en las aguas residuales, las que se acumulan en mar abierto hasta 3.500 metros de profundidad. Luego los peces, y distintos animales marinos, confunden estas microfibras con alimento, llegando a penetrar sus branquias o alterando incluso sus sistema endocrino, afectando la fertilidad de algunas especies como las ballenas.
Motivo de lo anterior, en Globalpesca, empresa magallánica dedicada a la captura y comercialización del bacalao de profundidad, decidieron tomar cartas en el asunto instalando innovadores filtros en las lavadoras que se encuentran a bordo de sus tres buques pesqueros, los que son capaces de capturar estas microfibras presentes en la ropa, y así evitar que sean arrojadas al mar.
«Lo anterior obedece al permanente compromiso de la empresa con la protección de los océanos, la preservación de las especies marinas y la sustentabilidad del ecosistema, desarrollando la actividad pesquera de forma sostenible, con la finalidad de no ejercer un impacto negativo en el medio ambiente», manifiestan desde la compañía.