Dr. Ruben Avendaño: “Estamos colaborando para desarrollar una vacuna para prevenir la Tenacibaculosis”

Dic 30, 2021

El Dr. Ruben Avendaño-Herrera, investigador principal del Centro Incar y de la Universidad Andrés Bello, ha estado generando importantes conocimientos para comprender cómo se comporta este patógeno y analizar posibles vías de tratamiento.

Si bien la situación sanitaria de la salmonicultura local ha ido mejorando los últimos años, hay una enfermedad emergente que está preocupando a la industria. Se trata de Tenacibaculosis, infección causada por bacterias oportunistas pertenecientes al género Tenacibaculum y que afecta a las tres especies de cultivo en Chile, pero, especialmente, al salmón Atlántico (Salmo salar).

Debido a la alta prevalencia que está mostrando la patología, en septiembre de este año, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) publicó una resolución donde se redefine Tenacibaculosis, con el fin de mejorar la vigilancia epidemiológica y mejorar la gestión sanitaria en torno a esta enfermedad.

En el documento, Tenacibaculosis quedó redefinida como una “enfermedad infecciosa provocada por T. dicentrarchiT. maritimun u otro Tenacibaculum spp, cuya especie sea identificada por PCR, y con signos externos en piel como erosión de aleta, en zona bucal y rostral asociada a una pigmentación amarilla o, en branquia como úlcera, placas o erosión de tinte amarillo, sin hallazgos de lesiones evidentes de Piscirickettsiosis o Renibacteriosis”.

Quien ha estado estudiando a fondo esta patología es el Dr. Ruben Avendaño-Herrera, investigador principal del Centro Incar y de la Universidad Andrés Bello (UNAB). El especialista ha estado generando importantes conocimientos para comprender cómo se comporta este patógeno y analizar posibles vías de tratamiento.

¿Qué estudios específicos ha estado realizando en el ámbito de Tenacibaculosis el último tiempo?

Dentro del proyecto Fondecyt Regular 1190283 de la ANID, este año 2021 continuamos estudiando la Tenacibaculosis y sus agentes, generando conocimiento muy relevante para Chile, pero también mundial. Concretamente, este año publicamos cuatro estudios en Journal of Fish Diseases una revista científica de prestigio internacional.

El primer estudio confirmó que aislados de T. dicentrarchi recuperados de congrio colorado son virulentos para ejemplares adultos y sanos, confirmando en condiciones de laboratorio los postulados de Koch. Estos resultados son muy relevantes debido al interés del país de diversificar con especies nativas como es el congrio colorado.

Un segundo estudio comparó el genoma de ocho aislados chilenos de Tenacibaculum dicentrarchi, cuatro recuperados de brotes ocurridos en salmón del Atlántico y otros cuatro de congrio colorado, una especie nativa y con cultivo productivo en la actualidad. La comparación entre los ocho genomas nos muestra la existencia de diferencias entre los aislados y, especialmente, en algunos genes asociados a la virulencia de T. dicentrarchi. Esta diferencia podría explicar la existencia de algunos aislados de T. dicentrarchi más virulentos que otros o con mayor potencial de generar patogenia.

También en un trabajo colaborativo con el equipo de investigación de Farmacología en Aquacultura Veterinaria (FAV), describimos por primera vez el aislamiento de Tenacibaculum maritimum en trucha arcoíris cultivada en Chile, lo que extiende la distribución de esta bacteria y hospedero. De hecho, demostramos el potencial patogénico de los aislados chilenos para salmón del Atlántico, generando una mortalidad del 70% de los peces después de once días del desafío de inmersión.

Finalmente, estudiamos la susceptibilidad de 55 aislados de T. dicentrarchi a florfenicol y oxitetraciclina, usando el protocolo recomendado para T. maritimum propuesta en la normativa VET03 y VET04 del Clinical and Laboratory Standard Institute (CLSI). En dicho estudio, proponemos emplear el mismo medio de cultivo que se indica para T. maritimum, pero debido al carácter más sicrófilo de T. dicentrarchi, recomendamos incubar T. dicentrarchi a 18ºC y registrar los resultados de susceptibilidad después de 44-48 horas.

Además, determinamos los valores de corte epidemiológico para los dos antimicrobianos analizados. El valor de corte (cut-off, en inglés) de una población bacteriana representa una división en dos categorías: los aislados completamente susceptibles o silvestres a la droga (wild-type o WT) de aquellos aislados de susceptibilidad reducida o no silvestres (non-wild-type o NWT). Nuestro estudio muestra que estos valores de corte son ≤4 𝜇g/mL y ≤8 𝜇g/mL para florfenicol y oxitetraciclina, respectivamente. Estos datos podrían explicar los fracasos terapéuticos en condiciones de campo y plantean la necesidad de buscar otras alternativas de tratamiento.

Estas investigaciones en relación a Tenacibabulum, ¿qué aportes están representando en términos del conocimiento y manejo de esta enfermedad en la salmonicultura local?

Desde 2016, hemos generado una gran cantidad de conocimiento científico de excelencia y establecido colaboraciones con investigadores tanto internacionales (Francia, España, Noruega y Canadá, entre otros) como nacionales, no solamente en la academia, sino que en la industria y reguladores. Todo lo anterior con la finalidad de generar conocimiento útil que permita controlar y/o prevenir la aparición de Tenacibaculosis. De hecho, nuestros estudios científicos fueron la base del reconocimiento de la Tenacibaculosis como una enfermedad de la Lista 3 por parte de Sernapesca en 2018. Este año 2021, se realizó un comité veterinario para actualizar la ficha de la Tenacibaculosis y la definición de los métodos de diagnósticos para la clasificación de las mortalidades por las especies de Tenacibaculosis presentes en Chile. De hecho, se modificó la clasificación de mortalidades, aunque a mi parecer se pudo avanzar más, como por ejemplo en la realización de un “ring test” organizado por la autoridad que valide los métodos de diagnósticos por PCR y sus variantes. Ello es muy importante considerando que la nueva normativa de clasificación de mortalidad por Tenacibaculosis se debe sustentar en el cuadro clínico y el diagnóstico positivo por PCR.

Nosotros logramos validar junto algunos laboratorios las técnicas que han desarrollado “in house”, siendo una excelente experiencia. También hemos colaborado activamente en la capacitación del personal sanitario y sus equipos de producción en mar de tres empresas productoras de salmones, manteniendo en la actualidad distintas iniciativas para la búsqueda de medidas alternativas al uso de antimicrobianos. Asimismo, estamos colaborando científicamente para desarrollar una vacuna para prevenir la Tenacibaculosis con una empresa nacional.

Finalmente, destacar la producción científica que año a año hemos generado en este grupo bacteriano y que por ser recursos públicos los empleados en la investigación. Creemos que tenemos un compromiso de difundir y abrir a todo el mundo con la finalidad que sean conocidos por todos los actores de la industria.

¿Cuáles son sus proyecciones en torno a Tenacibaculum? ¿Cree que seguirá aumentando su presencia en la salmonicultura nacional? ¿Cree posible aplicar tratamientos efectivos?

Difícil pregunta, pero puedo señalar que, a partir de mediados del 2018, cuando se comenzó a recopilar información de los centros de cultivo hasta la actualidad, pasó un 4% a 34% en la clasificación de mortalidades. También señalar que es una enfermedad que se presenta en las tres especies cultivadas de salmónidos en el país, incluso congrio colorado y en distintas regiones del país. Sin embargo, también es un hecho de la causa que no todas las empresas salmonicultoras evidencian el problema de la Tenacibaculosis. De hecho, en el segundo semestre del 2021 se comenzó a plantear el carácter de oportunista de este grupo de bacterias y una sobreestimación de la Tenacibaculosis. Precisamente, pareciera que esta última situación es el sustento de la exigencia realizada en la nueva normativa de clasificación de mortalidad en que se entenderá como que un ejemplar muere por Tenacibaculosis cuando tiene signos clínicos clásicos de la enfermedad y un PCR positivo a Tenacibaculum, pero negativo a otros patógenos bacterianos, como P. salmonis. Esta situación podría disminuir la asignación hacia la Tenacibaculosis, ya que la prevalencia de P. salmonis en el ambiente acuático es incuestionable, excepto en la región de Magallanes.

Por lo tanto, el porcentaje de mortalidad por Tenacibaculosis puede disminuir, pero hay un punto clave y es que  P. salmonis y T. dicentrarchi son concomitantes y los tratamientos con florfenicol pueden funcionar para Piscirickettsiosis cuando se aplican tempranamente, pero no necesariamente con la Tenacibaculosis. Además, existe una resolución 2021 que limita el uso de la oxitetraciclina.

De esa forma, el uso de antimicrobiano es un buen indicador de la situación sanitaria y debemos ir un poco más allá. Las infecciones en el ambiente acuático no son monoespecíficas y dependen no solo del estatus y calidad de los peces sino también del ambiente (e.g., temperatura del agua de cultivo). Esta visión más holística del problema es compleja de entender cuando existen intereses económicos o productivos, por lo que se requiere que comencemos a trabajar más colaborativamente, ya que en el caso concreto del control de las enfermedades solo tenemos el florfenicol y no sabemos qué ocurrirá cuando deje de ser eficaz.

Fotografías: Dr. Ruben Avendaño-Herrera

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