La semana recién pasada estuvo en Chile el CEO de la empresa mexicana Baja Seas, Luis Astiazarán, acompañado por el director técnico de la firma, Roberto Flores. Esta es una de las primeras compañías en Norteamérica que logra producir el ciclo completo del dorado o seriola (Seriola lalandi), desde ovas hasta cosecha y comercialización, en muy poco tiempo: menos de cinco años.
Baja Seas tiene instalaciones en la región noroeste de México, en Baja California. Inició sus operaciones en 2012, pero recién en 2013 comenzó con actividades vinculadas al cultivo propiamente tal. Desde hace dos años, aproximadamente, comenzó a cosechar y desde entonces poco a poco va tomando mayor presencia en el mercado. En este lapso de tiempo ha logrado producir más de 180 toneladas del recurso y tiene proyectado avanzar hasta unas 250 toneladas en 2017. El ejecutivo confía en que, tomando la experiencia de otros países cultivadores, como Chile, y de aquellos que tienen una larga experiencia en la producción de seriola, como Japón, lo lograrán. Además, las costas de México presentan excelentes condiciones para este cultivo, de modo que el futuro se ve promisorio.
Pero Luis Astiazarán –quien también figura como presidente de la Asociación Nacional de Piscicultores Marinos de México– considera que no basta con que su empresa logre escalar el recurso con éxito. A su juicio, lo que se requiere es desarrollar la industria de la seriola y convertir a la especie en un “próximo salmón”. Y para ello, se necesitan más actores en el rubro. Es por eso que vino a Chile, con el fin no solamente de conocer cómo trabajan y operan los salmonicultores nacionales, sino que también –según relató a AQUA durante su estadía en Puerto Varas (Región de Los Lagos)– para invitar a los empresarios locales a atreverse con este cultivo que, a su juicio, tiene un enorme potencial.
¿Cómo ha sido la experiencia de Baja Seas en estos casi cinco años de operación en el cultivo de la seriola?
El primer año lo ocupamos más que nada para trámites y preparativos de las instalaciones, así como para obtener los permisos correspondientes. No obstante, desde el segundo año comenzamos a sembrar y el tercer año ya empezamos a cosechar. Hemos tenido un desarrollo muy rápido para los estándares conocidos en la acuicultura. Somos la primera empresa que cultiva este recurso comercialmente en México y ya llevamos cerca de dos años con producto en el mercado.
¿Qué tipo de tecnologías utilizan?
La tecnología que utilizamos es muy similar a la del salmón. Las primeras etapas se realizan en tierra y la engorda la efectuamos en jaulas plásticas circulares en el mar. La mayor parte de los proveedores que tenemos son chilenos, pues en nuestro país aún no existe una industria que atienda las necesidades de la maricultura. Ese desarrollo es, precisamente, lo que estamos buscando. Lo que tiene una fuerte presencia en México es el cultivo de camarón y tilapia, pero nosotros nos hemos enfocado en los peces marinos que creemos tienen grandes posibilidades.
En estos años, ¿han tenido dificultades productivas? ¿Cómo las han enfrentado?
La seriola no es ajena a las enfermedades, pero la presencia de ellas es muy escasa. De todas maneras, hemos cuidado mucho aspectos como la producción a una densidad muy baja, con el fin de asegurar la salud animal. Hemos recibido la asesoría de gente con mucha experiencia y muchos de nuestros proveedores y consultores son chilenos. Tenemos estrecha relación, por ejemplo, con Daniel Elton, de Acuinor, a quien le hemos comprado larvas y conoce nuestras instalaciones. Tenemos buena relación también con varios salmonicultores.
¿Porqué su empresa decidió enfocarse en el cultivo marino de la seriola? ¿Cuáles son las oportunidades del recurso?
Primero que nada, en México tenemos un litoral muy rico y apropiado para especies como la seriola. Creemos, tal como ha opinado Chile, que esta podría convertirse en el “próximo salmón”. Es de los recursos que tienen el valor, el contenido graso y las propiedades nutricionales para ser producido en altos volúmenes.
En mi país el cultivo es aún desconocido, pero en Japón llevan más de 40 años produciendo seriola, de modo que no es ajena al cultivo. La única razón por la cual la producción no ha aumentado más es porque se utilizan juveniles capturados en su ambiente natural y la pesquería ya no está dando lo que ofrecía antes. Además de Japón, hay solo tres compañías en el mundo, como nosotros, que han avanzado con el cultivo y están en el mercado, aunque aún con volúmenes bajos. Nosotros nos hemos propuesto la tarea de tomar este cultivo y hacerlo crecer de un modo más industrial, como el salmón, utilizando jaulas grandes, tecnología integrada y con mayor consciencia en términos de sustentabilidad y responsabilidad social y ambiental. En Asia, el cultivo es más artesanal, bajo el esquema de cooperativas. Estamos seguros de que podemos producir esta especie de forma sustentable; es lo que nosotros ya estamos haciendo, pues no depredamos el océano, sino que hacemos nuestro propio juvenil.
¿Cómo ha sido su visita a Chile?
Hemos visitado varias empresas, las principales salmonicultoras del país. Sobre todo, nos hemos reunido con los dueños de las compañías y con algunas personas que han participado en la actividad y la conocen. Estamos aquí tanto para recibir consejos de los acuicultores como para invitarlos a participar en el desarrollo de la seriola. Sabemos que en Chile esta especie es reconocida y que están trabajando en su cultivo desde hace años. Ha habido dificultades, pero sabemos que lo lograrán. De ese modo, vemos que la producción de seriola es factible y viable financieramente.
¿Cuáles son los principales mercados de la seriola?
Estados Unidos, Canadá y México. Hemos hecho también algunas pruebas en Europa, pero no tenemos aún volumen para abarcar todo el mercado. De todas maneras, podemos decir que el producto ha sido bien recibido. Ahora, tenemos que trabajar para que la gente conozca más el recurso, aunque es bastante conocido en el mundo del sushi, valorado por su alta calidad. La seriola es saludable, tiene altos niveles de Omega 3, tanto como el salmón. De hecho, la reacción de los chef ha sido muy buena. Cocinada o fresca, es una delicia.
¿Baja Seas está interesada solo en el cultivo de seriola o pretenden diversificar su producción hacia otras especies?
Más adelante quizá pensemos en diversificarnos. Pero por ahora, el foco principal está en la seriola. Queremos que otros empresarios se animen a desarrollar esta industria. Y repito, por eso también hemos venido a Chile, pues estamos abriendo las puertas para otros posibles interesados. Lo que más nos conviene a todos es que más grupos cultiven el recurso, de forma que crezca el mercado que tiene un enorme potencial. La única forma de hacer industria es que todos la hagamos. Hay pocos lugares donde se da la seriola y hay que alentarlos. Aquí ya se ha logrado la producción de juveniles y siguen avanzando, de modo que hay oportunidades. Los chilenos pueden producir aquí o invertir en México, porqué no. Serían muy bienvenidos puesto que nos encantaría tener cerca a estos experimentados piscicultores. En nuestra visita estuvimos también con el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Raúl Súnico, contándole nuestro proyecto. Pensamos que podemos establecer un fuerte lazo de cooperación entre nuestros países hermanos.
En México, ¿hay interés por fomentar las actividades acuícolas?
Claro. Hay fondos de fomento y la autoridad desde el inicio ha tenido una alta participación en nuestro trabajo. De hecho, esa es una de las razones del éxito que hemos tenido. Sin el apoyo del Gobierno, no habríamos podido. Este ha señalado que la acuicultura es una actividad prioritaria y la está promoviendo fuertemente. Nada más faltan empresarios interesados en invertir. Este rubro tiene cierto riesgo, es así, pero tiene un futuro muy prometedor.