En un esfuerzo por combatir el cambio climático y promover la sostenibilidad, las empresas de pesca industrial afiliadas a la Asociación de Industriales Pesqueros del Biobío (Asipes) miden y gestionan activamente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como parte de su adhesión al programa Huella Chile del Ministerio del Medio Ambiente. En este contexto, la asociación dio a conocer una disminución del 14% en su huella de carbono desde 2018, y un descenso del 8% solo en 2021.
Las mediciones de la huella de carbono que realizaron desde Asipes abarcan tres ámbitos. El primero mide las emisiones directas de las empresas, principalmente de las embarcaciones industriales y las calderas de proceso. El segundo se enfoca en el suministro de energía eléctrica. Por último, el tercer eje se encarga de las emisiones indirectas como el transporte de materia prima y productos finales, generación de residuos y producción de insumos críticos, entre otros.
Desde 2019, Landes, Camanchaca Pesca Sur, Blumar y PacificBlu han obtenido sellos de cuantificación del Ministerio del Medio Ambiente en relación a la medición de su Huella de Carbono (HC) para los años 2018, 2019, 2020 y 2021. Además, Blumar y Camanchaca han sido premiadas con sellos de reducción por sus esfuerzos en los años 2019 y 2020, y 2019, 2020 y 2021 respectivamente.
“Esta reducción se debe principalmente a contratos de suministro de energías renovables que han permitido una disminución del 46% en las emisiones por tonelada producida asociadas al consumo eléctrico de las plantas. Además, la industria ha estado adoptando combustibles más limpios, como gas natural y gas licuado de petróleo en sus calderas de proceso”, expresó la presidenta de Asipes, Macarena Cepeda.
Peces, proteínas mucho más amigables con el medio ambiente
Este levantamiento de datos también ha permitido reconocer a los congelados de jurel y de merluza como proteínas amigables con el medio ambiente. De esta manera, la huella de carbono de los principales productos de la pesca industrial se compara de manera favorable con otras fuentes comunes de proteína.
De acuerdo con un reciente paper publicado por Ray Hillborn, titulado «The environmental cost of animal source foods”, por cada 40 gramos de proteína comestible, la carne de res genera una notable huella de carbono de 5,92 kg de CO2 equivalente, mientras que la carne de cerdo genera 1,30 kg y el pollo 0,88 kg. En comparación, las fuentes de proteínas marinas tienen huellas de carbono significativamente más bajas. El salmón, una fuente popular de proteína en la dieta occidental, genera 0,60 kg de CO2 equivalente. Los productos de la pesca industrial del Biobío, como la merluza y el jurel, generan solo 0,15 kg y 0,10 kg respectivamente.
Fotografía referencial Asipes