En Chile: Presentaron y analizaron reporte “Transformaciones” del Ocean Panel

Dic 9, 2020

El subsecretario de Pesca y Acuicultura enfatizó que el avance hacia una economía oceánica sostenible puede materializarse también desde la acuicultura, fomentando, por ejemplo, la variante en pequeña escala de esta actividad.

El Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible (Ocean Panel) lanzó el pasado 2 de diciembre su reporte “Transformaciones para una economía oceánica sostenible: Una visión para la protección, la producción y la prosperidad”. En el marco de dicho evento, el pasado viernes 4 de diciembre se realizó la presentación de este documento en Chile, pues nuestro país ha sido un activo participante del grupo de 14 naciones que buscan caminar hacia un manejo sustentable de los mares.

El encuentro fue conducido por el embajador de Chile en Noruega, Waldemar Coutts, y se contó también con un saludo del ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Andrés Allamand. También participaron como panelistas el subsecretario de Pesca y Acuicultura de Chile, Román Zelaya; el embajador de Noruega en Chile, Jostein Leiro; el director del Centro de Investigación Océano Sustentable, Mauricio Gálvez; la investigadora principal del Programa Integrativo del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), Dra. Doris Soto; y el experto en políticas públicas oceánicas, Maximiliano Bello.

En la ocasión, Waldemar Coutts destacó el papel que ha jugado el Ocean Panel, considerado como un “organismo único, formado por líderes mundiales activos que acordaron impulsar una serie de recomendaciones (“transformaciones”) emanadas desde el documento presentado”. La autoridad añadió que “hoy lanzamos formalmente este documento en Chile, el cual busca promover un enfoque integrado de manejo de los océanos y de una producción sostenible”, según sus palabras, con una mirada equitativa, de modo que diversos actores de las zonas costeras se vean beneficiados. Lo relevante, sostuvo, es que los países han acordado establecer planes para caminar por dicha senda, en línea con la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Andrés Allamand, en tanto, destacó que el documento “Transformaciones” apunta a cinco áreas fundamentales: salud de los océanos, lo que implicar combatir el cambio climático y los gases de efecto invernadero, junto con mantener la conservación de los mares; valor económico, en el sentido de promover pesquerías sostenibles y combatir la pesca ilegal; acceso equitativo a los beneficios del océano, con el fin de que los frutos lleguen a las comunidades más vulnerables; desarrollo de conocimiento científico acerca del océano, logrando mayor conciencia pública acerca de la importancia de su cuidado; y por último financiamiento para que esta agenda ambiciosa se desarrolle.

“Para Chile, el océano es parte central de nuestra identidad nacional. Crucial para nuestra cultura, sociedad, medio ambiente y economía. El océano es fundamental para el futuro del planeta y tenemos que tomar acciones concretas para protegerlo”, expresó el canciller. Precisó que Chile se ha comprometido profundamente con este tema y que se espera que este asunto siga manteniendo su importancia y que sea analizado en la futura COP 26.

Pero, ¿cómo se puede aplicar el documento “Transformaciones” a la realidad nacional? Dicho tema fue analizado por los especialistas presentes, partiendo por el subsecretario de Pesca y Acuicultura, quien destacó el valor de la cooperación internacional para avanzar hacia una economía oceánica sostenible. La autoridad resaltó el liderazgo y participación del país en diversas iniciativas multilaterales que buscan conjugar de manera armónica la protección de los océanos y la prosperidad de los estados, entre otros elementos. En ese contexto mencionó, por ejemplo, el impulso dado por Chile a la OROP-PS, entidad reguladora de las actividades pesqueras en el Pacífico sur.

Uno de los mayores logros de la mencionada organización, precisó Román Zelaya, es haber contribuido a una recuperación efectiva del jurel -desde un virtual colapso del recurso-, mediante el diálogo y la coordinación entre distintos países que operan sobre el recurso.

El subsecretario añadió que el avance hacia una economía oceánica sostenible puede materializarse también desde la acuicultura, fomentando, por ejemplo, la variante de pequeña escala de esa actividad. De ese modo, advirtió, pueblos indígenas y otras comunidades pueden involucrarse efectivamente en la actividad y relacionarse –a partir de la cooperación y la confianza mutua– con otros actores relevantes.

“La acuicultura del futuro debe integrar a más actores, sobre todo en términos de pequeña acuicultura y otros cultivos que generen integración de otros emprendedores a la actividad. No nos quedemos con imagen de que la acuicultura es solo salmones, debemos apoyar a pequeños acuicultores. Es ahí donde se produce la vinculación con las comunidades y sin vinculación con comunidades costeras o indígenas, no será posible el desarrollo de la actividad”, enfatizó el subsecretario.

El embajador de Noruega en Chile, Jostein Leiro, por su parte, destacó el potencial que presenta el documento “Transformaciones” en el sentido de que si se gestionan bien los océanos, estos podrían producir mucho más. “El reporte en sí mismo no cambia nada, pero nos da una plataforma para iniciar acciones. El lanzamiento que estamos realizando hoy día es el comienzo del trabajo. Esta iniciativa no solo continuará, si no que se extenderá hacia una colaboración más amplia con otros países. Chile será un socio fundamental para asegurar que tengamos éxito en este esfuerzo”, recalcó.

 

La punta del iceberg

El director del Centro de Investigación Océano Sustentable, Mauricio Gálvez, afirmó que el reporte de Ocean Panel “es sólo la punta del icerberg” dentro de un enorme esfuerzo global de alta calidad científica que busca guiar a los países hacia un mejor manejo de los océanos. “No hay conceptos radicales, pero sí innovadores, y deja atrás la dicotomía entre conservación marina y desarrollo económico”, sostuvo.

De acuerdo con el especialista, el documento debería tener un impacto positivo en el corto y mediano plazo; ello debido a su calidad científica, racionalidad y pragmatismo, pues las recomendaciones que allí se expresan son del todo realizables por los países involucrados. “Los países cuentan con los medios para implementarlas”, sostuvo. “Hay un convencimiento de que es el camino a seguir tanto por las naciones que componen el panel, como para el mundo entero”, manifestó.

Por su parte, la investigadora principal del centro Incar, Dra. Doris Soto, destacó que el documento promueve colaboración internacional y ofrece incentivos para una pesca y acuicultura más sustentable. “Tenemos que girar en este sentido de colaboración, destacar las redes de información globales sobre las condiciones ambientales del océano e interacciones sociales. Esta información será fundamental para tomar decisiones a nivel nacional y global”, expresó. Acotó que los conceptos de planificación espacial del océano, que señala el informe, serán fundamentales para el desarrollo, especialmente, de la acuicultura.

“Este documento abre la puerta hacia una cooperación para aumentar la innovación en acuicultura sustentable”, expuso la científica, destacando el potencial que ofrece la búsqueda de nuevas formas de alimentos para los peces cultivados (utilizando ingredientes a base de algas o insectos, por ejemplo). También rescató la valoración que se hace acerca de los servicios que presta el océano, en términos de limpiar las aguas servidas, entre otros asuntos. Asimismo, “se enfatiza la educación de los consumidores, para que estos prefieran productos con menor huella ambiental”, precisó.

Doris Soto valoró, de igual forma, el llamado del Ocean Panel a incentivar la acuicultura de pequeña escala, vinculada a la producción de moluscos y macroalgas, y el avance hacia una maricultura multitrófica. “Pero hay muchos desafíos en torno a cómo mejorar y hacer más eficiente esta producción”, manifestó. Por último, resaltó también las oportunidades que representa el repoblamiento de especies, lo que podría ayudar a integrar las actividades de acuicultura y pesca, con todos los impactos positivos que ello podría generar.

 

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