(La Voz de Galicia) Afortunadamente, no se trata de un episodio virulento como el de otoño, cuando la evolución de la marea roja fue tan veloz que le hizo un quiebro al Intecmar -el instituto autonómico que hace los análisis de biotoxinas- y se desencadenó una debacle -hubo numerosas devoluciones de mejillón a los productores y de berberecho a cofradías como la de Noia porque se había extraído ya en malas condiciones-. Pero lo cierto es que la actividad del sector bateeiro está prácticamente paralizada en toda Galicia (España) por culpa, nuevamente, de la toxina lipofílica, que hasta ayer miércoles 1 de mayo alcanzaba al 77% de los polígonos gallegos.
De este episodio tóxico, que ha empezado en el mes de marzo en algunos polígonos de rías como la de Pontevedra, tampoco se libran ya los moluscos infaunales; es decir, berberecho y almeja. Está prohibida su extracción en el 25% de los bancos de esta especie. Concretamente, no se puede trabajar en O Vicedo-O Barqueiro, Ares-Betanzos, O Burgo y tres zonas de la ría de Pontevedra. La especie que de momento está resistiendo el envite de la marea roja es la ostra.
Solo una microalga
Ayer, desde el Intecmar, su directora, Covadonga Salgado, decía algo que, seguramente, es lo que productores de mejillón y mariscadores llevan días queriendo oír. Aunque en ningún momento se aventuró a decir qué duración podrá tener este episodio, sí confirmó que no evolucionó con la rapidez del mes de otoño, y tampoco lleva aparejada su virulencia. “En este momento lo que está causando este episodio de la toxina es una microalga llamada Dinophysis acuminata y en otoño había dos actuando, y también Dinophysis acuta, que produce mucho más efectos secundarios. Estos datos están disponibles en el sitio web del Intecmar y pronto transmitiremos al sector, a través de correos electrónicos, que la evolución ha sido mucho más lenta que lo esperado”, comentó Salgado.
En cuanto a cómo están ahora las cosas y, sobre todo, cómo van a estar en el futuro próximo, Salgado tiró de prudencia y prefirió no aventurarse a hablar de mejorías o empeoramientos. Dijo que era optimista con respecto a zonas como la ría de Vigo, donde parece haber pasado el límite de mayor toxicidad y ahora se detecta una mejora de la situación. Pero que por el contrario era pesimista al hablar de la ría de Arousa, donde las cosas van a peor. De hecho, ayer mismo se decretaron dos nuevos cierres de polígonos.
Puntualizó que se están haciendo análisis de forma continua y que la situación está “totalmente controlada”. Insistió en que es importante que los consumidores sepan que todos los productos que llegan al mercado por los cauces legales están en perfecto estado.
Precisamente, dado que en otoño no fue la primera vez que hubo problemas porque la toxina fue más rápida que el Intecmar y los productores sufrieron devoluciones de mariscos, la única organización de productores que hay en el sector mejillonero hace análisis por su cuenta para trabajar con mayor seguridad. Igualmente, también hace sus analíticas la Cofradía de Noia, que presentó una reclamación judicial para que la Junta pague los EUR$398.000 del marisco que se destruyó porque se había sacado del mar con toxina dado que el Intecmar detectó tarde la marea roja.