El próximo viernes 20 de abril, a partir de las 12:00 horas en Cochrane 1056, ciudad de Osorno, región de Los Lagos, se presentarán los resultados de la «Encuesta sobre conflictos territoriales en cuatro territorios de Chile: Chiloé, Huasco, Panguipulli y San José de Maipo», y que forman parte del Fondecyt 1151215 «Lo que los conflictos producen».
El estudio dirigido por el investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER), Gonzalo Delamaza, se centró en determinar las consecuencias políticas que tienen los denominados «conflictos locales de base territorial» en torno a la minería, proyectos de energía y de demandas por servicios, por mayor autonomía local, entre otros.
La encuesta aplicada en agosto de 2017 muestra la diversidad de opiniones ciudadanas en torno a los conflictos que se han producido. Por una parte, se acepta mayoritariamente que dichos conflictos son la manifestación de problemas más profundos que no han sido abordados adecuadamente. Así por ejemplo, en Chiloé el 53% dijo sentirse algo o muy afectado por los conflictos de demanda por servicios ambientales y el 64% estuvo de acuerdo en que estas manifestaciones han hecho visibles problemas que no se habían tomado en cuenta, lo que asciende a 82% en los conflictos en torno a demandas por servicios. ¿Cuánto han cambiado las cosas? La opinión mayoritaria es que sí se han producido cambios, pero el 80% de las personas considera que han sido negativos, en el caso chilote. Se evidencia entonces que los problemas siguen aún pendientes.
Estudiar el fenómeno en su conjunto fue el objetivo principal y a partir del catastro de 101 conflictos, entre 2005 y 2014, se estableció la clara diferencia entre «conflictos socio-territoriales con consecuencias políticas» de la noción de conflictos «Nimby» («no en mi patio»), que solo comprometen intereses particulares, con la que se suele denominar a muchos de ellos. La opinión ciudadana despejó también otra idea que circula: estos conflictos no son asunto de minorías, sino que surgen por problemas relevantes para el país y demandan respuestas del Estado y el poder.
La investigación sobre esta temática continúa a través de un nuevo Fondecyt a desarrollarse entre el 2018 y 2021, que buscará comparar conflictos socio-territoriales entre Chile y Perú.