El 4 de noviembre, recién pasado, fue anunciado en el cargo de presidente de la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca), Felipe Sandoval, quien, con una amplia experiencia de más de dos décadas dedicadas a temas de acuicultura y pesca, ha estado ligado a Camanchaca, SalmonChile, Sofofa y hoy al gremio pesquero industrial.
En conversación con Revista AQUA, el ejecutivo se refiere al nuevo cargo, el momento político y legislativo en el que le toca asumirlo y la visión que tiene de la industria pesquera, tanto a nivel país, como inmersa en el escenario global.
¿Qué lo motivó a aceptar el cargo de presidente de Sonapesca en este momento de su carrera?
Bueno, en el ámbito de la pesca es difícil hablar de hacer un cambio total, ya que esta actividad ha avanzado a través de cambios graduales. Creo que hubo un cambio de tendencia a fines de los años noventa, cuando estábamos en la “carrera olímpica”, en la cual se definía una cuota y todos trataban de pescarla lo antes posible. En ese contexto, evolucionamos hacia un sistema de asignaciones de cuotas, lo que permitió una pesca más tranquila a lo largo del año. Cada uno podía programarse sin temer que otros capturaran su cuota en otro lugar.
Esto se implementó tanto en el sector industrial como en el artesanal mediante un sistema de cuotas globales, aunque en el sector artesanal todavía no se ha implementado completamente. Así, se ha generado un ordenamiento y un sistema de derechos. Hoy, considero que estamos en un momento crucial donde podemos optar por dar continuidad a esta tendencia o modificar el rumbo.
No creo que los cambios en este sector sean radicales ni instantáneos. Son más bien una cuestión de tendencias graduales. Mi intención es continuar con esta tendencia, aunque también considero relevante la discusión actual, que abarca temas puntuales como el fraccionamiento de las cuotas. Este tema es clave para la organización del sector industrial, y eso me motiva a aportar a esta historia.
Además, junto con esto, veo que ha habido avances en materia de sustentabilidad, impulsados por la ley actual, y creo que debemos reforzarlos. Es fundamental destacar el valor del territorio marítimo de Chile desde una perspectiva global; lo que construyamos en el mar y los océanos es muy relevante para el futuro del país.
Pese a las historias extensas sobre leyes y acuicultura, estamos recién comenzando en esta área, y queda mucho por desarrollar en términos de la historia del país. Esto también me motiva a contribuir en un área esencial para el futuro de Chile.
¿Qué prioridades inmediatas ha identificado para los primeros meses de su gestión?
Si hablamos de los primeros meses, la prioridad, en términos de proyectos a largo plazo, tiene que ver con la relación de la industria con la comunidad y la sociedad en general. Es fundamental que seamos capaces de comunicar bien lo que hacemos y la importancia de nuestra labor, ya que hay muchos mitos construidos alrededor de esta industria que son difíciles de desmentir.
En segundo lugar, y en relación con la ley también, es que el desarrollo de la industria pesquera se fortalecerá en la medida en que logremos una mejor convivencia entre los distintos actores. Todos trabajamos en el mismo territorio marítimo y dependemos unos de otros: Los pescadores, las plantas de proceso y otras actividades están interconectadas.
Las discusiones sobre la definición de cuotas para un sector u otro generan conflictos, ya que naturalmente cada sector busca ampliar su cuota. Esto no contribuye a una buena convivencia. Por eso, lograr estabilidad en la asignación para cada sector es fundamental para construir relaciones de respeto y cooperación. Aunque en muchas regiones del país ya se observa una buena convivencia, este tipo de debates tiende a generar roces. Ojalá podamos resolverlos bien, de modo que podamos reforzar estas relaciones y avanzar hacia una interacción más armoniosa en el futuro.
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Fotografía: Sonapesca