(El Mercurio) Recuperar la competitividad y tener un sector acuicultor más sustentable. Estos son los objetivos que desde hace seis meses trabajaban las autoridades con la industria salmonicultora. Sin embargo, el jueves el gremio que agrupa a las principales compañías del rubro, SalmonChile, no quedó conforme con la propuesta elaborada por el Gobierno en materia de regulación sanitaria. De hecho, en la industria argumentaron que la proposición que les presentó la Subsecretaría de Pesca no da respuesta a ninguno de los objetivos.
Los representantes de la industria manifestaron sus reparos y propusieron observaciones al plan impulsado por el Ejecutivo, con el fin de que sean un complemento para las medidas anunciadas por la autoridad.
El presidente de SalmonChile, Felipe Sandoval, explicó que la proposición de la autoridad de limitar las densidades de peces en centros de cultivo para cada empresa individualmente y por barrio productivo originaría problemas de «poca movilidad de producción de una concesión a otra». La industria plantea agrandar los barrios -actualmente son 60- y utilizar un sistema de macro zonas, que permita considerar espacios más amplios de movilidad. Con esto, las empresas podrían elegir los mejores lugares para el cultivo desde el punto de vista sanitario y ambiental, y producir de manera más sustentable. «Áreas más grandes permiten mayor movilidad», dijo Sandoval.
En este contexto, fuentes de la industria argumentaron que las grandes empresas se inclinaban por un sistema de regulación sanitario grupal, lo que, a juicio de Sandoval, permite operar con más flexibilidad a las compañías.
También sostuvieron que la regulación de los volúmenes de producción en función de las condiciones sanitarias de cada empresa, a través de tablas que establecen distintas escalas, constituye un sistema muy rígido. «Debiera ser una tabla y que sea equilibrada entre crecimiento y decrecimiento, porque si no la industria va a ir siempre para abajo y la idea es que cuando le vaya bien suba y cuando le vaya mal baje», argumentó Sandoval.
La última observación que realizó el sector salmonero es que los períodos productivos se deberían ampliar, con el fin de poder «aplanar» la producción. Esto permitiría que no se generen peaks de altos volúmenes y evitaría riesgos sanitarios y de volatilidad.
Para la industria es fundamental que los cambios a la regulación sanitaria permitan retomar la competitividad que el sector vio mermada el año pasado, debido a un escenario de altos costos y bajos precios.