Desde hace tres años, Fundación Chile –a través de la Estación Experimental Quillaipe, ubicada en Puerto Montt (Región de Los Lagos)– está trabajando en un proyecto financiado con recursos del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) tendiente a recuperar bancos naturales de almeja (Venus antiqua) a través de repoblamiento en Áreas de Manejo de Recursos Bentónicos (AMERBs).
Aquí, se ha trabajado con el Sindicato de Pescadores Artesanales de Anahuac y con el Sindicato de Pescadores Artesanales de Tenglo Capilla, sumándose más tarde la activa participación de la empresa Transantartic, interesada por asegurar a futuro un abastecimiento estable de moluscos para su procesamiento y comercialización.
El objetivo del proyecto, que está pronto a finalizar, consistía en obtener un modelo de repoblamiento que fuera sustentable desde el punto de vista técnico, social y económico, para lo cual se ejecutaron una serie de actividades y evaluaciones tendientes a lograr un esquema eficiente, lo que se ha conseguido y con buenos resultados.
Pero los investigadores de Fundación Chile quisieron ir más allá y comenzaron a averiguar opciones de cultivo de la almeja. “Adaptamos un hatchery en nuestra estación experimental en Quillaipe para producir semillas. En este proceso, conseguimos producciones en forma regular, programada y sistemática, alcanzando los 3 millones de semillas mensuales con posibilidades de escalar aún más”, explica el jefe de Desarrollo de la Estación Quillaipe de Fundación Chile, Juan Carlos Sánchez.
Según lo detallado, si bien la producción de almeja se había manejado hasta ahora a un nivel más académico, los últimos años Fundación Chile ha logrado otorgar seguridad y certeza en el abastecimiento de semillas. “También hemos definido los costos asociados a la producción con una mirada más comercial”, añade el investigador.
De igual forma, la institución ha estado buscando formas de acortar las etapas de hatchery, que siempre implican un mayor costo. “Estamos evaluando alternativas de cultivo intermedio entre el laboratorio y la engorda en la arena. En ese sentido, estamos realizando bioensayos junto con Transantartic que apuntan a buscar alternativas para sacar lo antes posible sacar las semillas al mar. Hemos probado cultivo suspendido, semilleros y producción natural de microalgas, entre otros aspectos”, comenta el representante de Fundación Chile.
En esta última etapa, además de la cooperación de Transantartic, la entidad de investigación ha recibido la colaboración de la empresa dedicada a la confección de redes, Badinotti, especialmente en el ámbito del desarrollo de los sistemas de engorda de la almeja.
Dos nuevos proyectos
“Debido a los avances que hemos logrado en la producción controlada de semillas de almejas, estamos abordando el cultivo de los moluscos bivalvos enterradores de forma seria y con la convicción de que representa una gran oportunidad para la diversificación de la acuicultura nacional. Planteamos abordar el cultivo de estas especies de manera asociativa, donde se beneficie tanto el sector pesquero artesanal como la empresa. Esto nos motivo a presentar dos proyectos al FIC de la Región de Los Lagos para poder avanzar aún más”, informa Juan Carlos Sánchez, quien añade que para ambas iniciativas nuevamente se cuenta con la participación de la empresa Transantartic.
Uno de los proyectos tiene que ver con optimizar los parámetros técnico-económicos en la fase intermedia y de engorda de la producción de almeja, para lo cual se identificarán la alternativas más eficientes en cada etapa que permita al final del proyecto estar en condiciones de escalar la producción a nivel industrial.
El segundo proyecto tiene relación con desarrollar un paquete tecnológico viable desde el punto de vista técnico y económico en la fase de producción de semillas en hatchery de navajuela, lo cual servirá como base para luego desarrollar las etapas de cultivo intermedio y engorda. “Según el estado del arte, es posible desarrollar cultivo de este recurso; se ha hecho a nivel experimental. Por eso, lo que queremos repetir la metodología experimental aplicada a la almeja que nos generó excelentes resultados. La idea de disponer de una base de abastecimiento regular de semillas constituye la base para acelerar el escalamiento de las etapas posteriores a nivel comercial”, afirma Juan Carlos Sánchez.
Importancia económica y social
Para Fundación Chile, el desarrollo de estas iniciativas tiene una alta importancia económica y social, debido a las oportunidades que representan, principalmente, para mejorar las condiciones de la pesca artesanal y del comercio en general de los moluscos enterradores.
“Con estos proyectos, lo que se persigue es favorecer la sustentabilidad en el sentido de que los pescadores migren un poco hacia el cultivo. Además, se articulan varios elementos que hacen que el panorama sea interesante. Por un lado, está la necesidad de apoyar a los artesanales. De igual modo, está la oportunidad de aprovechar las AMERBs en todo su potencial. Y, en tercer término, tenemos la demanda del sector conservero que necesita gran cantidad de moluscos para procesar y que a veces ve limitado su abastecimiento a causa de la baja que han presentado los bancos naturales. Todos estos factores nos mueven a ser activos y protagonistas en esta tarea”, concluye el investigador.