Galicia: Avance de la marea roja provoca cierre total de los polígonos de mejillón

Sep 24, 2014

Solo están abiertas un par de bateas en A Pobra. Los otros 50 polígonos en Galicia, paralizados.

(Faro de Vigo) La mitilicultura gallega, en España, ha tocado fondo. Los polígonos bateeiros están cerrados en su práctica totalidad, debido a la presencia de biotoxinas y a instancias del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), donde los análisis efectuados a diario no acaban de encontrar datos positivos que permitan ver la luz al final del túnel.

La prohibición de extracción decretada desde esos laboratorios ubicados en Vilaxoán (Vilagarcía) afecta ya a cincuenta polígonos de bateas de cultivo de mejillón, permaneciendo abierto, de manera testimonial o anecdótica, el Pobra A, con un puñado de bateas con nula repercusión en el conjunto del sector.

Puede hablarse por tanto de un cierre efectivo general, de un momento crítico para los productores, de una situación de desabastecimiento de los mercados preocupante y de un problema que se prolonga demasiado en el tiempo -quizás más que nunca- y que llevó a los mitilicultores a perder tanto la cosecha del año pasado como la actual.

Los cocederos y las empresas depuradoras y conserveras también siguen paradas, ya que carecen de materia prima con la que trabajar, y los bateeiros, lógicamente, poco o nada pueden hacer en sus viveros flotantes, salvo esperar a que lleguen corrientes limpias y bajen los niveles de células tóxicas.

Ni siquiera pueden dedicarse a realizar tareas de mantenimiento o reparación del emparrillado, los flotadores y demás elementos de sus parques, ya que las bateas están cargadas de mejillón, y tampoco pueden aprovechar para colocar mejilla (semilla) pensando en el año que viene, porque ni es la época para ello ni tienen sitio para «encordar» esa cría mientras no vacíen las cuerdas del molusco de talla comercial.

Esto implica mantener bloqueados temporalmente alrededor de 5.000 puestos de trabajo y perder presencia en los mercados nacionales e internacionales, con lo que esto supone de beneficios para los competidores extranjeros.

Parece lógica, por tanto, la preocupación de unos bateeiros que además de sufrir los cierres por presencia de biotoxinas -en este caso del género lipofílico- se exponen también a la pérdida del mejillón debido a los desprendimientos, que se producen tanto cuando llegan los temporales y fuertes corrientes como debido al incremento de tamaño del molusco, pues al permanecer tanto tiempo en las cuerdas acaba cayéndose por su propio peso, y nunca mejor dicho.

De este modo, con medio centenar de polígonos bateeiros cerrados, los productores temen que ya esté todo perdido, y como se explicaba hace días, sospechan que van a pasar «otro año en blanco».

Lo cierto es que si se analiza lo sucedido en 2013 puede que tengan razón, ya que la recta final del ejercicio fue la de mayor incidencia de las biotoxinas. En caso de que se repitan aquellos resultados habrá muchos polígonos que no regresen a la actividad hasta 2015.

A continuación pueden analizarse algunos de datos referidos a las diferentes rías que pueden demostrar que la recta final del ejercicio puede resultar incluso más complicada:

Ares-Betanzos: Sus dos polígonos estuvieron abiertos en diferentes fechas durante el último mes, pero fueron cerrados el lunes. El año pasado Sada A permaneció cerrado todo agosto, septiembre, octubre y noviembre, mientras que el Sada B estuvo inoperativo casi los mismos días. Pudieron funcionar en diciembre.

Muros-Noia: Entre abril y diciembre de 2013, ambos inclusive, los cuatro polígonos de esta ría alcanzaron e incluso superaron los 200 días de cierre. En octubre estuvieron cerrados 23 días, en noviembre los 30 y en diciembre el Muros B permaneció inoperativo sus 31 días, el Muros A una docena de jornadas y tanto el Noia A como el Muros C estuvieron seis días paralizados.

Arousa: Con una veintena de polígonos, y todos cerrados en la actualidad, Arousa es la ría que más puede sufrir las consecuencias del actual episodio tóxico. El año pasado sus bateas estuvieron exentas de toxicidad y funcionaron con normalidad absoluta durante todo septiembre, pero las cosas se complicaron mucho en octubre y noviembre, con cierres generalizados en la ría que apenas dejaron margen para trabajar. En diciembre también hubo cierres importantes en Arousa, como los vividos en los polígonos de O Grove -cerrados todo el mes- y Cambados.

Pontevedra: Hacer la lectura de lo que sucede en esta ría, y de lo que puede suceder hasta final de año, resulta mucho más sencillo. En 2013 sus ocho polígonos estuvieron cerrados casi ininterrumpidamente desde principios de abril hasta el último día de diciembre.

Vigo: En la ría viguesa, donde están todos los polígonos cerrados actualmente, las cosas tampoco pintan mejor de aquí a final de año, sobre todo si se tiene en cuenta lo sucedido a finales de 2013. Los polígonos de Redondela pudieron funcionar en la época prenavideña, pero los de Cangas permanecieron cerrados prácticamente todo octubre, todo noviembre y todo diciembre.

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