La moción presentada por los diputados Daniel Nuñez (PC) y Víctor Torres (DC) sostiene que la pesca de jibia o calamar gigante se ha planteado como «una alternativa o tabla de salvación para enfrentar la crisis que afecta al 48% de las principales pesquerías nacionales, siendo durante los últimos años los pescadores artesanales quienes principalmente han capturado este recurso hidrobiológico, paleando parcialmente las repercusiones negativas que ha traído la disminución de otras especies objetivo de la pesca artesanal».
De hecho, sostienen que el Registro Pesquero Artesanal (RPA) para el recurso jibia en 2011 alcanzaba a los 8.047 pescadores, y al año 2014 el número de embarcaciones autorizadas para este recurso ya alcanza las 5.722, según las cifras oficiales del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).
De igual manera, los legisladores puntualizaron que los ingresos directos e indirectos derivados de este negocio están entre los US$70 millones y US$117 millones durante los últimos cinco años.
Los diputados Núñez y Torres, además, afirmaron que el programa del actual Gobierno ha propuesto “asegurar un tratamiento sostenible de los recursos pesqueros” y “la eliminación progresiva de la pesca de arrastre”, para lo cual se requiere favorecer el empleo de las artes y aparejos de pesca más selectivas, como el arte de línea de mano, utilizado principalmente por el subsector pesquero artesanal.
El sitio electrónico de la Cámara de Diputados (www.camara.cl) detalló que el boletín 9489 derivado a la Comisión de Pesca, además de prohibir el uso de otro arte de aparejo diferente a la potera y/o línea de mano, establece una multa de 500 UTM y el comiso de las especies hidrobiológicas y/o de los productos derivados de estas para quienes infrinjan esta norma.
Desde el sector industrial han sostenido que de aprobarse esta medida significaría su exclusión de la pesquería, con el consiguiente impacto sobre los empleos, tanto en plantas de proceso como en personal embarcado.