El pasado viernes 26 de mayo, más de 2 mil 500 personas marcharon por las calles de Quellón en Chiloé y más de 500 personas en Puerto Natales, región de Magallanes, en reclamo por la incertidumbre laboral y continuidad de la industria salmonicultora tras discusión del proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) que está en Comisión Mixta.
La marcha congregó a trabajadores directos e indirectos de la salmonicultura, que abordaron la vía pública para solicitar que no avance el proyecto de Ley SBAP y exigir que el Gobierno no le de curso al intento de modificar el artículo 158 de la Ley General de Pesca y Acuicultura, que tiene relación con la no renovación ni otorgación de nuevas concesiones en Áreas Marinas Protegidas para la industria salmonicultora y sus derivados.
Al respecto, la presidenta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Salmón, Marta Oyarzo, quien estuvo dirigiendo la convocatoria en Quellón, expresó que «lo que buscamos es que el poder legislativo y los parlamentarios que integran esta Comisión Mixta tengan la conciencia de lo que se está votando, porque está en juego el futuro de muchas familias que tienen su sustento con esta actividad en estas regiones. En Chiloé, no tenemos otro tipo de industria a donde podamos ir a golpear las puertas para conseguir trabajo el día de mañana.»
La dirigente realizó un llamado al Gobierno, solicitando que «las materias que tienen que ver con la salmonicultura deben discutirse en la nueva Ley de Acuicultura, sin dar ninguna indicación por debajo de la mesa que ponga en riesgo numerosas fuentes de trabajo. Esto acaba de empezar; si esta indicación no se retira, tendremos que endurecer las posturas. Acabamos de comenzar a mostrar la fuerza de los trabajadores, siendo capaces de lograr un movimiento de conexión desde el Biobío hasta Magallanes«.
En tanto, en Puerto Natales, los manifestantes señalaron que el proyecto de un grupo de políticos atiende al discurso de poderosas ONGs extranjeras, como Greenpeace y Oceana, e implica sacar a la salmonicultura de las áreas de reserva, lo que para los trabajadores del salmón provocaría una crisis económica y social a gran escala y podría terminar con la industria en Chile.
“Por mi familia, por mi trabajo, por Magallanes”, se leía en una de las pancartas que cargaban los operarios. “Natales depende de la salmonicultura”, se leía en otra.
A pesar de la gran cantidad de gente, la marcha no tuvo un líder o vocero específico, puesto que el deseo de los trabajadores era que la marcha los representara como un todo más allá de los sindicatos y las empresas, explicaron algunas voces locales a este medio.
La marcha recorrió las calles principales de la localidad hasta alcanzar la costanera donde se encontró con algunos de los típicos camiones que brindan servicios a la industria. Los cánticos, expresiones entusiastas y los bocinazos se mezclaron por varios momentos.
Puerto Natales, así como toda la región comienza a vivir sus primeros días fríos, pero esto no impidió que cientos de personas coparan las calles de la ciudad turística. Las arterias mostraban restos de una breve nevada en horas de la noche y el termómetro solo llegó a los 3 grados.
A pesar de esto se observaba el buen ánimo en la gente que portaba banderas, carteles hechos a mano y hasta ollas que hacían sonar con ritmo.
Este fin de semana también se realizó una nueva marcha que agrupó a todos los trabajadores del sector productor, a los empleados de las empresas de servicios a la salmonicultura y los gremios de los pescadores artesanales. Según trascendió participaron más de 400 vehículos particulares, decenas de camiones y embarcaciones que se sumaron desde el mar, conformando una escena nunca vista en Puerto Natales.
Fotografías cedidas