Este lunes 20 de julio, el presidente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile), Felipe Sandoval, asistió a la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara Alta para exponer las inquietudes del sector frente a la discusión de la reforma laboral.
El gremialista comenzó su intervención explicando el proceso productivo de la industria del salmón, el cual -dijo- es un proceso continuo y encadenado. De esta manera, enfatizó en la «imposibilidad de paralizar las labores, ya que estas podrían conllevar a una crisis sanitaria importante, transformándose con el tiempo en una crisis social». En este marco, subrayó que «la definición de dotación mínima no es suficiente, puesto que en el caso de la salmonicultura, la mayor parte de los trabajadores representarían aquella dotación».
Siguiendo ese argumento, planteó que los trabajadores se van a sentir «engañados porque hoy se les dice que tendrán derecho a la huelga, pero al definir la dotación mínima, esta va a obligar a la mayoría de ellos a seguir en sus puestos de trabajo. Por lo tanto, lo que se debe hacer es sincerar esta situación y generar mecanismos alternativos a la huelga, como una mediación o arbitraje», argumentó.
Ahondó que se requiere contar con una instancia técnica, y no la Dirección del Trabajo, para consensuar la dotación mínima en caso de no llegar a acuerdo, y presentó también la posibilidad de generar comités dentro de las empresas que permitan a todos los trabajadores, no solo la directiva sindical, junto con los ejecutivos, definir una dotación mínima con antelación a las huelgas. Asimismo, insistió en que «es fundamental considerar los efectos que la paralización de terceros genera en la industria del salmón».
En la misma línea, aseguró que es «necesario generar incentivos para desincentivar las huelgas ilegales», haciendo alusión al conflicto y merma económica que el paro de Aduanas significó para la salmonicultura.
De igual forma, se refirió a los que a su juicio son «faltas de mecanismos de fomento para mejorar la relación empresa-trabajador», e insistió en la «necesidad de capacitar a los dirigentes sindicales y el incentivo al diálogo regional entre ejecutivos, colaboradores y entes de Gobierno».