Una denuncia por maltrato y crueldad animal presentó la mañana del viernes la Dirección Regional de Sernapesca en la Fiscalía de Puerto Aysén (Región de Aysén), luego de conocerse una grabación en la que se observa a un trabajador de un centro de cultivo disparar contra un lobo marino que nadaba frente a las balsas jaula.
Las imágenes fueron difundidas por la ONG Ecoceanos el miércoles 13 de abril, y presuntamente habrían sido registradas en un centro del sector de Melimoyu.
En el escrito presentado ante fiscalía por el director regional de Sernapesca, Rodrigo Balladares, indica que a partir de la grabación “consideramos que existen elementos suficientes para denunciar el delito de maltrato o crueldad animal (…) por lo que estimamos necesario poner en conocimiento de la Fiscalía la situación acontecida, a fin de que se investiguen los hechos y se persiga a los responsables de esta lamentable conducta».
El director del Centro Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas, señaló que “valoramos la presentación de la denuncia, y esperamos que éste sea el primer paso para que el Estado haga respetar la legislación frente a lo que son habituales infracciones por parte de la industria salmonicultora. Creemos que debe haber más fiscalización en las actividades de la producción intensiva de salmón y hacemos un llamado al Estado para que ejerza todas sus facultades en defensa del patrimonio y la biodiversidad marina del país”.
El lobo marino común (Otaria flavescens) es una especie protegida por la normativa chilena, y su caza y comercialización se encuentran prohibidas. No obstante, son varias las denuncias por ataques similares en centros salmoneros, como la ocurrida en julio del año pasado, cuando trabajadores de una empresa colgaron y faenaron con cuchillos un ejemplar adulto, también en la Región de Aysén.
Al respecto, el director nacional de Sernapesca, José Miguel Burgos, reiteró el compromiso de la institución para erradicar estas malas prácticas, persiguiendo las responsabilidades cuando corresponda «y solicitando a las empresas incluir en sus respectivos planes de contingencia los resguardos para mantener a los lobos marinos alejados de las balsas de manera segura, sin recurrir a prácticas no sólo ilegales sino también reñidas con la ética y contrarias al trato humanitario que merece cualquier animal, en particular una especie protegida».