(La Prensa Austral) De acuerdo con la opinión recogida por las autoridades económicas locales en torno a la realidad del sector pesquero de la Región de Magallanes, existiría actualmente una especie de estancamiento en el rubro, alimentado por diversas situaciones que se han vuelto permanentes.
Así lo perciben tanto pescadores artesanales, plantas industriales y exportadores, quienes enumeraron los principales problemas en cada una de sus áreas, las que fueron recogidas por la Dirección Zonal de Pesca y Acuicultura con miras a establecer futuras medidas de control.
Entre los problemas señalados por el sector pesquero extractivo, están la falta de educación, escasez de recursos para operación, carencia de tecnología propia, baja asociatividad y poco poder de negociación.
Por el lado de las plantas pesqueras, estas manifiestan principalmente, la inexistencia de productos diferenciadores (con valor agregado), desconfianza ante el cumplimiento de los pescadores, la falta de certificaciones de calidad y de tecnología en los procesos y la necesidad de un mayor control sobre el abastecimiento.
Mientras que por el lado exportador, se aprecia una especie de explotación de la llamada marca “Magallanes”, una pérdida de rentabilidad al interior del sector, el interés por desarrollar nuevos clientes y, por último, exponen la existencia de una demanda internacional que exige mayor nivel de sanidad en los productos.
Desembarques y mercados
Actualmente, los principales recursos de la región continúan siendo el erizo, con desembarques de 21.000 toneladas anuales, enviadas en un 90% a Japón; la centolla con extracción cercana a las 4.000 toneladas anuales, embarcadas a Holanda (38%), Taiwán (9%), Estados Unidos (9%) y China (9%); y el centollón con 4.500 toneladas por año, embarcadas a Holanda (29%), Alemania (23%) y Bélgica (19%).
La luga roja también se ha convertido en un recurso importante de la zona, con desembarques por cerca de 10.000 toneladas anuales exportadas principalmente a Estados Unidos (24%), Dinamarca (20%) y Noruega (12%); y la tradicional merluza austral con más de 2.200 toneladas anuales enviadas mayoritariamente a España (88%) y Portugal (9%).
No obstante, la necesidad actual es comenzar a diversificar estos mercados que se han vuelto habituales para la región e iniciar relaciones comerciales más fuertes con países asiáticos como Corea, Tailandia e Indonesia, conocidos como mercados emergentes, además de otros países como Rusia a los que se desea apuntar las futuras estrategias comerciales.
Medidas
Para lograrlo y reducir este nivel de obstáculos e incertidumbre del sector -alimentada en parte por la reducción de cuotas pesqueras en algunos recursos-, el director zonal de Pesca y Acuicultura, Gonzalo Rubilar, en conjunto con el secretario regional ministerial (seremi) de Economía, Paul Gnadt, postularon algunos programas para alentar la capacitación de los pescadores, acelerar la mejor administración de los recursos pesqueros, aumentar el valor agregado de los productos y su consumo en el mercado interno, así como una mejor táctica de difusión.
Adicionalmente, dentro de las medidas, el Gobierno ha comentado el interés por apoyar también a la acuicultura que, si bien, se ha mantenido en un crecimiento bajo a nivel regional respecto del resto del país, se perfila como un rubro con “buenas” posibilidades de crecimiento, tal como lo han manifestado los empresarios del rubro durante un cónclave de productores realizado en Santiago (Región Metropolitana), donde participaron representantes de todas las firmas que operan en el país y, por ende, las tres que llevan tiempo en Magallanes.
Según los últimos informes de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha de Magallanes (Apstm), las cosechas de salmón se han mantenido estables en el tiempo, exceptuando en 2012, año en que se aumentó en un 70% la producción anual, superando las 33.000 toneladas respecto del año 2011, producción que se espera duplicar al año 2020.
A nivel país, en cambio, sí se ha notado un mayor crecimiento, pasando desde menos de 500.000 toneladas en 2009 a poco más de 800.000 al año 2013, por lo que, a juicio de la autoridad, es un sector que debe ser apoyado, lo cual debe ir de la mano de estos programas estratégicos que disminuyan los peligros sanitarios, otorguen más financiamiento y aminoren los riesgos de la industria, de acuerdo con los frentes que hoy merecen atención citados en el cónclave.
Otro de los puntos importantes es la falta de educación del sector extractivo, especialmente dentro de la pesca artesanal, “lo que muchas veces trae problemas para armar faenas por falta de capacitaciones, además existen problemas en la falta de mano de obra capacitada para faenas acuícolas y problemas en temas de sindicalización”, expuso el director zonal de Pesca y Acuicultura, tema que se afrontará en la Agenda de Productividad.
En otro frente, ligado a la necesidad de contar con una mejor base tecnológica, según la Dirección Zonal, se requiere crear una oferta productiva sustenible, basada en innovaciones tecnológicas: “Por lo anterior creemos necesario crear incentivos para la compra de maquinaria para mejorar los procesos y posibilitar la llegada a nuevos mercados, tales como maquinaria para congelamiento, envasado y conserva de producto”, además de promover una imagen propia de la pesca local para diferenciarla.
En este sentido, la idea, además, es generar nuevos mercados para la venta de estos productos a nivel regional, generando una especie de “bolsa de compra” estableciendo convenios con, por ejemplo, instituciones de Fuerzas Armadas, grandes empresas de alimentación que operan regionalmente, entidades estatales (como Junaeb), industria local y, por último, introducir el consumo de estos productos a nivel de la comunidad magallánica, como último eslabón.