(El Mercurio) El mal momento por el que atraviesa la salmonicultura local podría mejorar, dadas las condiciones del mercado internacional para el próximo año.
Para 2016 se espera un crecimiento de la producción de salmón muy inferior al avance de la demanda que se ha registrado en los últimos diez años. Se estima que la cosecha global de salmón Atlántico sea solo 0,7% superior al 2015, lo que está muy por debajo del crecimiento histórico que ha registrado la demanda, con avances anuales de 6% en los últimos diez años y de 12% en los últimos tres años, según detalló la productora chilena Blumar en una reciente presentación.
«Lo anterior hace concluir a priori que podría haber una escasez de producto durante 2016, haciendo reaccionar los precios al alza respecto al nivel actual», explica el documento.
Dentro del análisis de las perspectivas de la industria salmonicultora, el informe también aborda el comportamiento que podría tener el precio en Noruega, principal competidor de Chile. La presentación asegura que analistas noruegos proyectan un incremento de precios desde NOK$40,3 por kilo (US$4,62 al tipo de cambio actual) de este año, a NOK$45 por kilo en 2016.
Además, la compañía estima poco probable que la tendencia de fuerte devaluación de monedas en importantes mercados para la industria, como Noruega, Rusia y Brasil, pueda continuar durante el próximo año, justamente por la importante depreciación que han registrado en los últimos doce meses.
Situación de los principales mercados
Los principales mercados consumidores de salmón registraron un mayor interés por este producto. Según destaca la presentación, la demanda en la Unión Europea creció 12%, en Estados Unidos se incrementó 20% y en Brasil 15%, sobre la base de proyecciones de WFE («materia prima»).
Algunas fuentes de la industria estiman que uno de los grandes problemas que debió enfrentar el sector este año fue que pese al aumento de demanda de la mayoría de los países compradores, hubo sobreoferta. Canadá aumentó en casi 40% su producción en los primeros nueve meses de este año, comparado con el mismo período de 2014. Lo anterior se tradujo, a juicio de algunos salmonicultores, en una amenaza para la industria local, que sumado a los altos costos de producción y los bajos precios, perjudicó a las compañías chilenas.