Experimentar con «granjas» de peces mejoraría la educación ambiental

Jun 15, 2017

Observar directamente los conflictos que viven los ecosistemas permite cambiar la percepción de ellos y favorece su solución.

(El Mercurio) Entender los problemas medioambientales y tomar las medidas necesarias para solucionarlos no siempre son dos cosas que van fácilmente de la mano. En esto, la educación sobre el real impacto del hombre en el ecosistema es clave.

Para comprobarlo, un grupo de investigadores puso a trabajar a la par a pesqueras y científicos durante cinco años. El objetivo fue medir el impacto de las «granjas» de peces en 24 lagos alemanes. El equipo comprobó cómo el involucrarse directamente en las mediciones de diversos factores medioambientales cambia el nivel de entendimiento y compromiso con la solución.

El experimento dividió en tres grupos a los trabajadores de las pesqueras. El primero conoció el problema y sus consecuencias en una sala tradicional, el segundo trabajó en terreno directamente con los científicos midiendo los efectos, y el tercero no recibió información. Al final del período, quienes experimentaron directamente retuvieron conceptos medioambientales cuatro veces más que el resto e, incluso, cambiaron su percepción sobre la ecología.

«El poner a trabajar en lo práctico a pescadores y científicos permitió que ambos grupos construyeran su propia experiencia del problema», explicó a «El Mercurio» Marie Fujitani, líder del estudio e investigadora del Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Interior, en Alemania. También permitió que unos aprendieran de otros, agregó.

Magdalena Müller, jefa del sistema de prácticas de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Chile (UC), complementó que esto se debe a que el aprender haciendo, y no solo escuchando, permite que el conocimiento se almacene más largo plazo. Además, dijo la académica UC, la motivación se vuelve fundamental para adquirir el nuevo conocimiento, especialmente si servirá en la vida profesional.

«Nuestro estudio demuestra que el aprendizaje no es lo suficientemente profundo si no se dan las herramientas para modificar la realidad, los modelos mentales sobre la ecología y entender las normas ambientales», añadió Robert Arlinghaus, profesor de la Universidad Humboldt de Berlín y también parte del trabajo.

Ya que cada vez más ciudadanos manejan los recursos naturales, la educación medioambiental tiene que tener una base práctica. «Los métodos participativos toman más tiempo y recursos, pero son tan efectivos que pueden cambiar el comportamiento de las personas en el futuro», precisó Marie Fujitani.

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