[EN-ES] Hugo Contreras: “El país o comunidad es quien te da permiso para operar”

Oct 24, 2018

"No podemos nada más hacer el negocio, sino que tenemos que responder a esta licencia que nos dan, invirtiendo de regreso en la zona", explicó el ejecutivo a AQUA.cl.

ENGLISH (EN)

Hugo Contreras: “It’s the country or community that gives you permission to operate”

During the month of October, Cargill completed three years as a fish feed producer in Chile. General Manager of the company, Hugo Contreras, expressed honor and satisfaction with the advancements of the company over this time period.

Founded in North America, Cargill maintained a presence in Chile as a supplier of grain, fertilizers, orange juice, and finance solutions until 2005. Cargill returned to the country in 2015 after acquiring the fish feed producer, EWOS.

According to Contreras, since 2015, the company has invested vast resources in modernizing their Coronel plant in the Biobio region. Research and Development (R+D) has also progressed steadily during these three years, with new facilities in Chile, Norway, and the United States. The Cargill executive also highlights the launch of their high energy diets, such as the ULTRA program for Atlantic and Coho salmon.

When asked about Cargill’s community relationships, Contreras highlighted the company places great value on their community involvement plan based on education, sustainability, and economic growth. Currently, Cargill is working on an odor management plan in Biobio and is working with foundations to become 100% ASC certified.

Contreras recognizes the consolidation phase in the Chilean aquaculture industry as similar to that of other industries. Cargill focuses on the long term and hopes the Chilean industry at large will begin to invest more in modernization, says Contreras.

In response to the new cultivation density regulations, the executive supports proposals that balance sector growth and environmental sustainability. Another area of optimism for Cargill is the Magallanes region, where they have been working for more than 15 years.

ESPAÑOL (ES)

Este mes de octubre, Cargill cumple tres años participando en la producción de alimento para peces en Chile, situación que es celebrada por el gerente general de la compañía, Hugo Contreras, quien manifiesta que “para nuestra organización es una alegría y un honor estar aquí”, comentando que en este tiempo “nos han pasado una serie de cosas que nos han ayudado a posicionarnos muy fuerte en relación a las oportunidades que existen en el mercado”.

El ejecutivo recuerda que la compañía norteamericana, fundada hace 150 años y que se dedica a la venta de productos y servicios agrícolas, financieros e industriales, tuvo presencia en Chile hasta el año 2005 en el mercado de los granos, fertilizantes, jugo de naranja y soluciones financieras. Sin embargo, salió del país y recién en 2015 regresó luego de adquirir la productora de alimento para peces, hasta entonces noruega, EWOS.

“Regresamos a este tremendo país, a una industria que es estratégica para Chile y el mundo”, dice hoy su principal ejecutivo, quien ha alcanzado una enorme experiencia en acuicultura, pues fue uno de los encargados de liderar la estrategia global de Cargill en este rubro, conduciendo varias adquisiciones relevantes del grupo.

¿Qué balance puede efectuar sobre estos años que lleva Cargill en Chile?

En la segunda mitad de estos tres años hemos invertido fuerte en la modernización de los activos de la planta de Coronel (región del Biobío), que es la más grande para producción de alimento de salmónidos en el mundo. Allí, hace poco tiempo terminamos la automatización de varias partes de la línea productiva, con atención en la etapa de empaque. También hemos modernizado los equipos que nos permiten producir dietas de alta energía, así como hemos intentado elevar los estándares de seguridad de nuestra operación.

Asimismo, se ha avanzado mucho en Investigación y Desarrollo (I+D), no sólo con el centro que tenemos en Colaco (región de Los Lagos), sino que también con las instalaciones de Noruega y Estados Unidos. Esto se ha traducido en el desarrollo de nuevos productos, como las dietas Bacter, Recovery y VIRA, que los clientes han apreciado mucho. De igual forma, hemos hecho un gran esfuerzo para salir al mercado con dietas de alta energía. Ahí tenemos nuestro programa ULTRA, enfocado en salmón Atlántico y que se ha traducido en una importante reducción del Factor de Conversión del Alimento (FCR). En septiembre también salimos con esta misma dieta, pero para salmón coho, dentro de nuestro programa Ginzake. En todo este proceso de cambio, nos sentimos muy agradecidos de los clientes que nos han acompañado y que nos han permitido seguir fuertes en el rubro.

¿Cómo se ha dado el proceso de integración entre lo que era EWOS y los aportes de Cargill?

Hemos pasado por un proceso de transformación que nos ha ayudado a posicionarnos en el mercado y que ha involucrado todo lo que tiene que ver con soporte, recursos humanos y finanzas, todo lo cual ya está completamente integrado a la estructura de Cargill. Hemos invertido mucho en talentos, traídos de otros sitios donde opera el grupo, así como de otros sectores, quienes han aportado mucho a la inclusión y diversidad que creemos que es una ventaja competitiva importante. Asimismo, hemos avanzado en crear una cultura de seguridad. Nos falta camino por recorrer; lo cierto es que la base sólida que ya tenía EWOS la hemos llevado al siguiente nivel.

Cargill ha puesto fuerte énfasis en el relacionamiento con las comunidades. ¿Qué tan relevante es para ustedes, como proveedores, generar acciones en este ámbito?

Esto es algo que forma parte del DNA de Cargill. Venimos del mundo agrícola, con operaciones en más de 70 países, y creemos que cuando uno va y se instala en un lugar, el país o comunidad es quien te da permiso para operar. Con eso en mente, no podemos nada más hacer el negocio, sino que tenemos que responder a esta licencia que nos dan, invirtiendo de regreso en esa zona. Es así como contamos con un plan estratégico para involucramiento con la comunidad, que está basado en tres áreas: educación, sustentabilidad y crecimiento económico.

Tenemos, por ejemplo, una iniciativa de manejo de olores en el Biobío. También participamos en proyectos de sustentabilidad con nuestros clientes, como lo hicimos en el sur al ayudar a reemplazar el plumavit por boyas, sacando esos residuos del agua, y apoyando acciones de limpieza de playas. En términos de crecimiento económico, contamos con el proyecto de lupino donde obtenemos un insumo perfecto para nutrición proveniente de plantaciones locales. A ello debe sumarse nuestro trabajo con entidades como Enseña Chile, Endeavor, Fundación Transcender y Corporación Joaquín de Los Andes, así como un trabajo muy de cerca para poder lograr llegar a ser 100% ASC.

Vea aquí último proyecto de Cargill en torno a las comunidades. 

Industria y consolidación

La salmonicultura chilena es una industria bastante cíclica, con períodos de alzas y bajas ¿Cómo se proyecta Cargill en este escenario?

Cuando compramos el negocio, sabíamos a lo que íbamos, pues venimos del mundo agrícola, donde pasa exactamente lo mismo. En trigo y granos es similar. Aquí también tenemos los tiempos de salmones “gordos” y “flacos”, pero esto no es ajeno a nosotros. Una de nuestras ventajas es que somos una compañía privada donde no tenemos que estar preocupados solamente por lo que pasará el siguiente trimestre. Estamos siempre mirando a largo plazo y sabemos que la industria funciona así. Además, tenemos una espalda amplia que nos permite apoyar a las industrias que lo necesitan desde el punto de vista financiero o de recursos.

Este año 2018 ha sido particularmente bueno para los salmonicultores nacionales, quienes han gozado de buenos números. Ustedes, ¿lo han sentido igual?

Claro. Hay muchas compañías que cotizan en bolsa y que han mostrado sus números y estamos muy contentos con lo que ha pasado. Cuando uno mira hacia atrás y ve la historia de nuestros clientes, creo que era justo que lleguen mejores tiempos. Lo veo como algo muy positivo, ya que esto puede llevar a que los productores piensen cómo mejorar sus activos. Al final del día, la industria chilena compite con la de Noruega y otros países productores y creo que nos hemos estado quedando atrás en inversión, de modo que quizá ahora podrían venir más esfuerzos que conduzcan a una modernización que permita hacer más eficientes los procesos.

¿Qué significa para una empresa proveedora, como Cargill, el proceso de consolidación que se está dando en el sector, sobre todo luego de conocerse el acuerdo de compra de Agrosuper a AquaChile?

No es una sorpresa. Llevamos más de 100 años en nutrición animal y esta película la hemos visto muchas veces; tenemos experiencia con lo que sucede en esta y otras industrias. Por ejemplo, Cargill es proveedor de jarabe de maíz de fructosa, donde hay dos clientes, que son Pepsi y Coca Cola, de modo que esto no es raro para nosotros. Vemos de manera positiva lo que ha pasado aquí y, de hecho, hemos efectuado avances en esa misma línea, con el fin de servir mejor a los clientes a través de mejoras en productos, logística y financiamiento. Hoy, tenemos la fortuna de contar con clientes que hace tres años no lo eran. Eso es una prueba contundente de que lo que estamos haciendo, efectivamente, logra la preferencia de nuestros clientes.

En la industria nacional se ha estado discutiendo bastante sobre cómo se regularán las densidades de cultivo. La autoridad ha realizado una propuesta más restrictiva, donde no todos han estado de acuerdo ¿Tiene alguna opinión sobre este asunto?

Nosotros no estamos al frente de ese tipo de discusiones, pero estamos atentos a cómo viene el escenario hacia adelante. Me parece que nunca se va a lograr tomar una decisión que les guste a todos, pero creo que el espíritu que está detrás de lo que se ha propuesto está en la línea de poder soportar el crecimiento del sector de una manera sustentable. Lo importante es que siempre haya un buen balance entre crecimiento y respeto del medio ambiente.

La región de Magallanes se está convirtiendo en un importante polo de desarrollo del sector. ¿Qué desafíos supone para los proveedores de alimento esta ampliación hacia la zona más austral del país?

Tenemos más de 15 años de operación en Magallanes y la fortuna de servir a la mayoría de los centros que operan allá. Sin duda, esta zona representa un esfuerzo logístico, por sus condiciones climáticas principalmente, no menor, pero lo vemos con muy ojos positivos. La historia que hemos tenido allá nos ha permitido posicionarnos bien, tanto con los productores que ya están como los que están entrando; hemos logrado en ambos casos su preferencia. Eso es muy bueno porque esta región, a largo plazo, tendrá un importante rol en la producción nacional. Cabe destacar que estamos participando, junto con Elanco, en el Programa Salmón Magallánico. Además, todos los años hacemos un evento que se llama Cargill Expedition y que el año pasado se efectuó en esa región.

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