Para nadie de la industria del salmón es una novedad que los principales desafíos que enfrenta la actividad se relacionan con el cáligus y la Septicemia Rickettsial Salmonídea (SRS). Y no solo por su alta incidencia productiva, sino que su control también requiere el uso de diferentes químicos que, aunque no llegan a los consumidores, son altamente cuestionados por organizaciones no gubernamentales (ONGs) y los mismos mercados.
Con el objetivo de generar nuevos conocimientos y herramientas que permitan a la industria abordar estos y otros desafíos es que el Estado de Chile, a través de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), ha venido facilitando y cofinanciado la creación de diferentes consorcios. Hasta el año pasado, en el país se contaban tres organizaciones de carácter nacional e internacional, sin embargo, desde comienzos de 2014 y constituyéndose como empresa independiente desde marzo de 2015 ya se ha oficializado la creación de Ictio Biotechnologies, proyecto cuya primera etapa tiene un plazo de siete años y aportes totales por US$7 millones.
La entidad, cuya gerente general es Geraldine Mlynarz, está conformada por la Corfo, la Universidad de Santiago de Chile (USACh), la compañía ActivaQ y las salmonicultoras Australis Seafoods, Blumar y Ventisqueros.
Se puede destacar que si bien una parte considerable de la investigación se efectuará en los laboratorios del Centro de Biotecnología Acuícola de la USACh, ubicados en Santiago (Región Metropolitana), el consorcio cuenta con instalaciones propias en la ciudad de Llanquihue (Región de Los Lagos), las que están a cargo del reconocido médico veterinario Andrés Johnson.
Líneas de investigación
El mismo Johnson, quien seguirá ejerciendo paralelamente sus actividades de asesorías a la industria, es quien comenta las áreas de investigación que tendrá Ictio Biotechnologies. «Básicamente son tres: diagnóstico, prevención y tratamiento, las que nos permitirán darle un acercamiento distinto a los desafíos que enfrenta la industria del salmón», detalla el ejecutivo a AQUA.
Específicamente, algunas de las diez líneas de investigación que desarrollarán los más de 50 profesionales que tiene a su disposición el proyecto son: vacunas con sistema de liberación prolongada, antígenos inmunodominantes, probióticos, vacunas de inmersión, antígenos y coadjuvantes de larga duración en intestino, desarrollo de terapias no químicas tales como inmunidad pasiva, vectores de citoquinas, entre otros, terapias contra cáligus y, a través de la genómica, aislamiento de patógenos.
«Uno de los objetivos de este consorcio es sacar al mercado productos de interés. De hecho, próximamente lanzaremos tres. Por un lado está el OxiTrack, que mide el estrés oxidativo; y por otro el InmunoTrack A e InmunoTrack I, que sirven para conocer la calidad de respuesta inmune humoral y celular», herramientas que consideramos de gran utilidad para la actividad productiva, dice Johnson, agregando que algunas de sus labores serán la «generación del nexo con las productoras de salmón, elaboradoras de alimento para peces y farmacéuticas, además de apoyar a los científicos en la orientación de sus investigaciones de forma que los resultados sean más prácticos y útiles para la industria».
Instalaciones
En relación con las instalaciones de laboratorio situadas en la ciudad lacustre, y que son dirigidas por la médico veterinario y Magíster en Acuicultura, Patricia Mora, se informó que contemplan una superficie de 200 m2 donde se están implementando laboratorios de virología, bacteriología, PCR y necropsia, además de una unidad de bioensayo a miniescala para trabajar con los peces.
«A futuro proyectamos la construcción de una piscicultura que también estará dedicada a los bioensayos», concluye un Johnson esperanzado en que este consorcio entregará pronto herramientas efectivas para enfrentar de mejor forma los desafíos que enfrenta el sector salmonicultor.