Industria del salmón confía en lograr mayor crecimiento

Nov 11, 2015

Se proyecta que el mercado mundial del salmón de cultivo crezca desde 2,1 millones de toneladas anuales a unas 3,2 millones de toneladas de aquí al año 2030, alcanzando una producción de US$10.000 millones.

(La Prensa Austral) «Hoy tenemos una industria que produce alrededor de US$5.000 millones, da empleo a más de 70.000 personas y creemos que tiene un futuro extraordinario», enfatizó el presidente ejecutivo del Programa Estratégico Mesoregional (PEM) «Salmón Sustentable», Carlos Wurmann, en el marco de su participación en la cuarta reunión plenaria del Consejo del Programa, en la sala de reuniones de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) en Punta Arenas (Región de Magallanes).

La iniciativa tiene como propósito aumentar el valor de los productos en los mercados internacionales, en base a la sustentabilidad de los procesos, inocuidad de productos de alta calidad certificables y fuerte diversificación tecnológica, teniendo en consideración los tres pilares fundamentales para ello: social, medioambiente y económicos.

Expectativa

En este contexto, Wurmann proyectó en declaraciones a La Prensa Austral que el mercado mundial del salmón de cultivo crecerá desde 2,1 millones de toneladas anuales a unas 3,2 millones de toneladas de aquí al año 2030, alcanzando una producción de US$10.000 millones. «En ese crecimiento hemos avanzado de manera de constituir a Chile en el segundo productor mundial de salmón de cultivo. Y hoy somos unos de los diez países principales productores de acuicultura en el mundo», subrayó.

Crecimiento acelerado

Dentro de este listado, nuestro país y Noruega son las únicas naciones de occidente, siendo las demás de Asia. En este ámbito, el presidente ejecutivo puntualizó que hay optimismo, pero si bien el incremento productivo de esta industria ha sido muy rápido, ello ha tenido sus consecuencias. «El crecimiento ha sido tan acelerado, que hemos tenido algunos errores en nuestra forma de enfrentar el proceso y estamos obteniendo precios mucho menos remunerativos que otros países en los mercados», argumentó Wurmann.

En este punto, confluye el hecho de que no solo Chile y Canadá marcan fuerte presencia en el mercado estadounidense, sino que además se sumó la acción de Noruega. «Ellos vendían 100.000 o más toneladas en el mercado ruso y han tenido que salir porque ya no está permitido vender ahí, entonces han buscado redireccionarse al mercado norteamericano. Y nos hemos encontrado con una tormenta perfecta, con la llegada sustantiva de productos chilenos, de Canadá y Noruega. El resultado: una baja de precios», sumándose esto a la depreciación que afrontan precisamente las monedas de Brasil y Rusia, dos de los destinos relevantes en esta gran industria.

Escenario corregible

Pese a ello –sostuvo el presidente- el escenario es corregible y no atenta contra la estabilidad de la industria a largo plazo, pero sí estaría afectando su posición financiera, operando incluso a pérdida. «Cuando esto pasa, existen restricciones para enfrentar un proceso de reinversión, entonces tenemos que pasar por un proceso de respirar profundo, mirarnos bien a la cara, ver dónde están los problemas y actuar en conjunto para resolverlos. Pero no hay duda de que tenemos un futuro brillante», aclaró.

Zonas oceánicas

Finalmente, Carlos Wurmann recordó que próximamente una fracción importante de la salmonicultura en Chile deberá quedar radicada en zonas nuevas. «Se habla de zonas oceánicas en las regiones de Los Lagos, de Aysén y de Magallanes. Cuando hablamos de la proyección de crecimiento de la salmonicultura local, esto va a significar que en los próximos 20 a 25 años, tal vez la zona requiera aceptar 20.000 a 25.000 personas más trabajando en la industria, a las que hay que proveerles casas, agua potable, caminos, entre otros. Lo bueno es que tenemos la capacidad de conversar con las autoridades, hacerles ver para dónde va el carro y permitir que las regiones se preparen para recibir aquella porción de la producción que buenamente quieran recibir».

De momento, cabe preguntarse si la rentabilidad de la salmonicultura en nuestro país es todo lo auspiciosa que se espera, dada la depresión en los precios y -aspecto del cual no se habla suficiente- las mayores exigencias en los marcos regulatorios, que derivan en mayores costos para las empresas.

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