Durante el segundo día de LACQUA 2025 se realizó la sesión plenaria con una mesa redonda sobre “Gobernanza: Pilar para una acuicultura sostenible en contexto de cambio climático”. En la instancia participaron el gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Multi X, Francisco Lobos; la directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Acuicultura de Ecuador, Yahira Piedrahita; el biólogo marino de la Universidad de Concepción, Ricardo Norambuena; y la investigadora asociada del Centro Incar y académica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Jessica Fuentes.
El encuentro fue moderado por la académica de la Universidad Austral de Chile (UACh) y parte del comité organizador y científico, Sandra Marín Arribas, quien señaló que “un tema importante a considerar en la mesa es el cuidado del recurso agua en todos sus ámbitos. Necesitamos una normativa ágil que promueva la competitividad de las industrias, y al mismo tiempo hacernos cargo de la fragmentación jurídica existente. También debemos avanzar hacia una gobernanza efectiva, con participación de actores locales que aporten su conocimiento y permitan conciliar perspectivas respecto de la importancia de la acuicultura en el desarrollo de la sociedad”.
En este contexto, Francisco Lobos destacó que “desde el punto de vista de la gobernanza, las empresas tenemos la responsabilidad de tomar decisiones y reaccionar de manera ágil. También debemos involucrar a los grupos de interés, porque necesitan información, saber en qué estamos, participar y agregar valor. Ellos deben vernos como generadores de valor; ese es parte de nuestro desafío”.
Agregó que “desde el punto de vista de la institucionalidad, esperamos que se den las condiciones para hacer esta industria más competitiva, pero también para permitir su crecimiento, que es lo que todos queremos, para generar desarrollo en el sur austral. Los distintos grupos —empresas, academia y Estado— muestran claras señales de colaboración, pero debemos seguir en esa línea, porque buscamos objetivos de corto, mediano y largo plazo. Si logramos consensuar, podremos generar más desarrollo a partir del mar, de esta promesa que tenemos los chilenos de que nuestro mar nos ‘promete un futuro esplendor’”.
Por su parte, Yahira Piedrahita destacó la experiencia ecuatoriana en materia de gobernanza acuícola: “En 2008, como requisito de ingreso a nuevos mercados, la industria ecuatoriana inició un proceso de formalización total y de legalización de las áreas que no estaban debidamente concesionadas. Participamos activamente en ese proceso y logramos que actualmente un 95% de la industria, en términos de superficie de cultivo e instituciones, esté completamente formalizada y con documentación en regla”.
Añadió que “siempre quedan temas rezagados, pero podemos decir que la industria del camarón en Ecuador es una industria formal, que cumple con los permisos y requisitos ministeriales, laborales y ambientales. Ha sido un trabajo arduo, porque en ocasiones existe resistencia al ordenamiento. Otro tema relevante ha sido la diversificación de mercados y el cumplimiento de sus requisitos”.
En tanto, Ricardo Norambuena señaló que en materia de adaptación al cambio climático y gobernanza “no basta con hacer discursos que no se traducen en planes de acción completos, que permitan evaluar cómo la actividad enfrenta los desafíos y eventos climáticos extremos. Muchas veces, ante estos eventos, recordamos que no tenemos un plan de contingencia ni capacidad de reacción, especialmente desde el punto de vista de la gobernanza. Puede haber muchas regulaciones, pero si estas no conversan entre sí —especialmente a nivel territorial y local—, la gobernanza se ve ausente”.
El académico agregó que “Latinoamérica y el Caribe son una región diversa, con realidades socioeconómicas y políticas muy distintas. Existen 45 países con algún nivel de producción acuícola, y se ha visto lo fragmentados que están los componentes esenciales de la gobernanza, que son básicamente tres: buenas reglas, buenos procesos y personas que participen activamente en ellos. Si falta alguno de estos tres elementos, es difícil lograr una buena gobernanza”.
Finalmente, la Dra. Jessica Fuentes subrayó que “en materia de gobernanza, el primer pilar debe ser que lo ecosistémico deje de ser una mera declaración de principios y se transforme en una directriz efectiva, tanto desde la institucionalidad como del régimen jurídico. Nuestro sistema jurídico es fragmentario: el ecosistema está regulado por distintos cuerpos normativos, lo que genera descoordinaciones y falta de unidad en los enfoques. Por eso, el enfoque ecosistémico debe hacerse realidad en la institucionalidad, distribuyendo de manera más eficiente las competencias entre los niveles nacional, regional y local”.
La investigadora remarcó que “la toma de decisiones debe radicarse a nivel local junto a los actores del territorio, mientras que a nivel nacional se requiere una mirada estratégica, integral y holística, que provea recursos y lineamientos claros. El nivel nacional debe liderar los procesos y definir cómo avanzar en la planificación territorial, pero no puede concentrar todas las decisiones”.
Fotografías: B2B Media Group.

