Su preocupación ante los efectos negativos que podrían generar las nuevas exigencias de comercio exterior establecidas por la Unión Económica Euroasiática (UEE) en la cadena logística del salmón chileno, manifestó el senador Rabindranath Quinteros.
Tras reunirse con representantes de la Asociación de Frigoríficos, el legislador por la Región de Los Lagos 
sostuvo que, con la aplicación de las nuevas exigencias de la UEE, algunas empresas del rubro «deberán detener o reducir sus operaciones, lo que implicará no solo mermas en la inversión sino también desvinculaciones» que, a su juicio, sumarán nuevos efectos negativos a la ya complicada situación de la salmonicultura nacional.
Sobre esa base, el senador Quinteros solicitó al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) atender a la complejidad del problema y buscar una vía de solución que no perjudique a las empresas locales en su relación con la UEE, bloque comercial integrado por Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Kazajistán.
El congresista explicó que son cerca de 50 nuevas normas que ha estipulado el mercado euroasiático que podrían incidir directamente en la cadena logística del salmón y de otros productos del mar que tenga a los países de la UEE como destino.
Entre los nuevos requerimientos se cuentan el análisis de agua, la pavimentación de la totalidad de los sitios de los frigoríficos y la instalación de equipos medidores de humedad, sin que se establezcan rangos de aceptación del porcentaje de humedad ambiental que deben mantener las cámaras frigoríficas.
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Un tema especialmente preocupante para el sector es la exigencia de una temperatura de -18° para el almacenaje de productos congelados. El requisito es cuestionado por los propios frigoríficos que sostienen que es imposible asegurar que no existan fluctuaciones o desviaciones en la curva de temperatura de una carga que se expone a distintos medios de almacenaje, transporte y procesos de manipulación y etiquetado durante la cadena logística de la misma, por tanto es altamente probable encontrar producto que supere los -18°C en las cámaras.
«Los empresarios del sector argumentan que si bien hay normas que son atendibles y de fácil implementación, también hay otras que no presentan un asidero técnico claro y que implican altos costos y pérdida de competitividad», concluyó Quinteros.