La Federación Nacional de Sindicatos de Oficiales de Naves Mercantes y Especiales de Chile expresó a la opinión pública y autoridades su rechazo a la modificación del Artículo 4° de la Ley de Navegación que se discute en la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado, que busca cambiar las 50 Toneladas de Registro Grueso (TRG) de las naves menores a 100 TRG.
“En nuestra historia y en el resto del mundo, hasta el día de hoy, todas las naves hasta 50 TRG son menores y deben estar al mando de un patrón con una preparación básica en náutica, seguridad marítima y cuidado de los mares. Sobre los 50 TRG, se trata de naves mayores y deben estar al mando de oficiales con estudios universitarios y un sinfín de cursos, todos de alto costo económico. Es irresponsable que algunos congresistas pretendan reformar la ley para entregar buques de mayor tamaño y complejidad a patrones de naves menores; es parecido a autorizar a choferes de camionetas para que se hagan cargo de camiones de 30 toneladas”, manifestaron desde el gremio.
Explicaron que el cambio de las reglas del juego podría tener como consecuencia cesantía para el personal embarcado de las naves mayores “y un buen regalo para las empresas salmonocultoras, ya que las dotaciones de las naves mayores son, a lo menos, de siete personas (oficiales y tripulantes) y disminuirán a tres personas (tripulantes de naves menores) que no son fiscalizadas por ninguna autoridad”. Precisaron que en este último caso, las reglas del Código del Trabajo y las de Seguridad Marítima están encomendadas al criterio del empleador y que las estadísticas de “muertes y accidentes en este segmento de naves es terrorífica”.
Desde la Federación –en una misiva firmada por su presidente, Arturo Bravo– enfatizaron que “aún no se encuentran los últimos tres cadáveres de los tripulantes desaparecidos en el seno Skyring (región de Magallanes) desde la Barcaza Navsur IV, que era una nave menor. Hacemos un llamado al Gobierno y congresistas para que legislen con prudencia y antepongan ante todo la seguridad de los trabajadores, como, asimismo, nos respeten el derecho de propiedad intelectual antes que entregar, una vez más, el mar y los servicios marítimos a un grupo de empresarios pensando solamente en sus utilidades económicas”.