(Comunicaciones WWF Chile) El proyecto denominado “Mejoramiento del manejo pesquero en Chile: Uso del Plan de Recuperación de la Pesquería de Merluza Común como un marco para la pesca sostenible”, financiado por el Departamento de Estado de Estados Unidos e implementado por WWF Chile en asociación con la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), el Laboratorio de Tecnología Pesquera (Tecpes) y el Programa de Derecho del Mar ambos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), considera entre sus actividades una serie de talleres donde el último de los cuales fue realizado en Cocholgüe, comuna de Tomé (Región del Biobío).
En dicha instancia los pescadores artesanales de la zona manifestaron su intención de participar en la recuperación del recurso en un rol más activo.
Según explicó el coordinador del Programa Pesquerías de WWF Chile, Mauricio Gálvez, la idea de estos encuentros es recoger las propuestas de los pescadores artesanales frente a los problemas que los afectan con el objetivo de agregarles el sustento técnico necesario para ser presentadas a la autoridad e incorporadas en el Plan de Manejo y Programa de Recuperación de la pesquería.
Durante la sesión en Cocholgüe, el profesional de la Dirección Regional de Pesca, Herman Muñoz, presentó los principales elementos para armar la recuperación de la merluza común, sus bases técnicas y el porqué es necesario administrar la pesquería.
En tanto, la abogada del Programa de Derecho del Mar de la PUCV, Rocío Parra, expuso respecto a las normas y regulaciones vigentes en el ámbito pesquero, ambiental y de uso del borde costero que tienen influencia en la actividad de los pescadores artesanales.
Además, el representante del Tecpes, Dante Queirolo, dio a conocer técnicas de pesca amigables con el medio ambiente tocando aspectos tales como tamaño de redes, pesca fantasma, artes de pesca abandonados junto con el consumo y uso eficiente del combustible.
Pesca artesanal
El presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes (STI) de Pescadores Artesanales de Caleta Cocholgüe, Omar Méndez, está convencido de que será el último eslabón de una larga historia familiar ligada a la pesca artesanal de merluza. “Cuando empecé el recurso era abundante no había problema y no existían cuotas”, afirmó.
“Así como lo veo yo, con lo poco y nada que recaudo, estoy haciendo todo lo posible por incentivar a mis hijos a que no vengan a la pesca y que sigan otras carreras. La verdad yo no le veo futuro a esto, tengo 42 años y pienso que esta va a ser la última generación de pescadores artesanales”, sentenció.
Desafíos
Adicionalmente el presidente del STI, Pescadores Artesanales, Armadores, Patrones y Tripulantes de Pesca Artesanal y Actividades Conexas, Antonio Bustos, valoró la realización de este tipo de reuniones y sobre todo que se apunte a recoger la visión de los propios pescadores para solucionar la compleja situación de los recursos. Aunque, como aseguró, “la recuperación va a ser un camino largo, engorroso y con muchos problemas”.
“En los científicos no confío mucho, porque siempre se equivocan y los que tienen la razón son los que siempre hemos estado trabajando aquí. Tienen que cosechar las inquietudes de cada pescador y cada dirigente para que se tome un criterio amplio de las soluciones que pueden venir para que así logremos lo que todos deseamos, que se recupere la merluza y podamos tener recursos para muchos años más”, subrayó Bustos.
Su colega Omar Méndez, por su parte, comparte la idea de que lograr la recuperación de la merluza no será algo rápido ni fácil, “a no ser que pongan una veda de unos dos años o que el mismo sector pesquero ponga voluntad y aprenda a manejar los recursos, porque es un sector tan complicado que prácticamente a veces ni el Gobierno quiere meterse porque son tantos los intereses que hay y algunos por interés económico no cuidan los recursos”, concluyó.