Según señalaron los pescadores artesanales, aunque recibieron un leve aumento de las cuotas, la incertidumbre continúa.
«Había problemas con la cuota, pero dieron algo más para estos días», sostuvo Miguel Reyes, algo en lo que coincidieron sus colegas Carlos Gutiérrez y Julio Rodríguez, quienes culpan de la escasez y las medidas de la autoridad a las llamadas naves-rastrillo.
«A los industriales les dan las cuotas que ellos quieren y a nosotros nos dan casi nada. Imagínese nos dan doscientas cuarenta cajas para seis meses, cuando la caja de merluza está a cinco o cuatro mil no es rentable. Salimos para atrás», indicó Gutiérrez mientras Rodríguez agregó «uno se levanta a las tres de la mañana a trabajar todo el día y no se gana nada. Ese es el problema del pescador».
Pese a estos problemas, la aparición y buen momento en las costas maulinas de especies como la reineta y la sierra ha permitido salvar la subsistencia mensual, como lo manifestó el pescador Fernando Faúndez.
«Gracias a Dios que apareció un poco la reineta. Eso nos facilitó a muchos pescadores para las fiestas. Estamos arriesgándonos. Estamos trabajando allá a las cuarenta millas», señaló.
La restricción de la pesca de la merluza se debe entre otros factores a que recientemente llegó a estar en veda biológica durante septiembre y aunque otras especies solventan el momento de los pescadores se trata según dicen, de una solución provisoria, debido en parte al bajo precio que obtienen por su trabajo.
