Sophie St-Hilaire: “El SRS debe ser administrado a nivel de área”

Oct 31, 2017

La especialista enfatiza que es fundamental enfrentar la enfermedad desde un punto de vista integral y considerando no sólo lo que sucede en un centro de cultivo en forma aislada, sino que todo el vecindario.

El SRS, junto con el cáligus, es una de las principales preocupaciones de la industria chilena del salmón. Los productores, a través de diversas iniciativas, están interesados en abordar de mejor la enfermedad, con el fin de mejorar la situación sanitaria del sector y reducir, por supuesto, el uso de antibióticos asociado a esta patología.

Consultada sobre el tema, la investigadora de la Universidad de Prince Edward Island de Canadá, Sophie St-Hilaire –quien ha visitado Chile y ha trabajado con la industria local en varias ocasiones–, comenta que si bien el SRS se ha detectado también otros países productores, es aquí donde tiene la mayor presencia e intensidad. Esto tendría que ver, principalmente, con el aumento en el tamaño y número de los centros de cultivo activos que se ha dado en los últimos años, lo que significa que las instalaciones están más interconectadas entre ellas y por ende se hace más complejo controlar la propagación del patógeno.

Por eso, la especialista enfatiza que es fundamental enfrentar la enfermedad –tal como se propone para el combate del piojo de mar– desde un punto de vista integral y considerando no sólo lo que sucede en un centro de cultivo en forma aislada, sino que todo el vecindario. Un enfoque individual, a su juicio, “no sería exitoso”.

Uno de los grandes desafíos de la salmonicultura chilena es el SRS. Por años, los tratamientos no han dado los resultados esperados y si bien se han apreciado mejoras, sigue siendo una preocupación. ¿Cuáles, a su juicio, son las piedras de tope en el combate exitoso de esta bacteria?

El aumento en el tamaño y el número de centros de cultivo activos en Chile en los últimos cinco años significa que los centros de cultivo están más interconectados entre ellos que en años anteriores. Esto hace que sea más difícil controlar la propagación de patógenos. Es así como, cuanto mayor sea la densidad de los cultivos, más importante será para los acuicultores prevenir los brotes de enfermedades, ya que una vez que un patógeno ingresa a un área es más complejo limitar su diseminación.

Con SRS, esto es particularmente relevante porque se trata de una enfermedad difícil de tratar con antibióticos una vez que se presenta en forma crónica en los peces. ¿Por qué es tan complejo? Una de las razones es que cuando los peces están enfermos se reduce su apetito, por lo que es probable que no consuman la cantidad suficiente de alimento medicado para alcanzar los niveles terapéuticos. Además, estamos frente a una bacteria intracelular que, en etapas posteriores, es capaz de esconderse en tejidos difíciles de tratar (como el cerebral). De igual forma, el tratamiento más utilizado para enfrentar al patógeno en la actualidad es el florfenicol, debido a que tiene un corto período de carencia; sin embargo, este fármaco no permanece en los tejidos por mucho tiempo, por lo cual también se hace difícil alcanzar los niveles terapéuticos.

Algunos investigadores proponen que para avanzar en el control de SRS hay que estudiar profundamente las características del sistema inmune del pez, así como la conducta del patógeno. ¿Está de acuerdo?

Este patógeno es muy difícil de tratar una vez que se presenta con evidentes signos clínicos en los centros de cultivo. Por eso, es fundamental prevenir la enfermedad. Esto se logra reduciendo el nivel de exposición, de modo que los peces no sucumban al patógeno, y mejorando el sistema inmunológico, con el fin de que, aun estando expuestos a la bacteria, los ejemplares no sean vencidos por esta. Los dos enfoques deben usarse en forma simultánea. Para ello, necesitamos entender mejor el sistema inmune de los peces y las fuentes de infección.

De igual forma, ¿qué tan importante, para el control del SRS, es mejorar las prácticas de cultivo?

Las prácticas de cultivo en agua mar en Chile son tan buenas como en cualquier otro lugar del mundo. Por ejemplo, los acuicultores eliminan las mortalidades todos los días, confirman las enfermedades bacterianas antes de tratarlas y la mayoría efectúa análisis de sensibilidad a antibióticos en sus cultivos. Además, no trasladan peces de un centro a otro y mantienen altos niveles de bioseguridad en sus instalaciones.

En relación con SRS, el problema está en que hay demasiados centros por área y estas áreas, además, están conectadas. De esa forma, una vez que P. salmonis aparece en un sector es fácil que se propague a otros a través del agua. Este patógeno parece moverse por hasta 10 km de distancia, dependiendo del tamaño y nivel de infestación del sitio de origen. Cuantos más vecinos tenga, más probable será que uno de los centros no logre contener la enfermedad y esta se disemine aún más. Incluso si se ha hecho todo bien, si varios vecinos están con la bacteria, seguro esta en algún minuto perjudicará a tus peces. Es por eso que el SRS debe ser administrado a nivel de área. Considerar sólo un centro de cultivo en un barrio es como administrar un solo corral dentro de una granja completa. En general, este enfoque no sería exitoso.

La entrevista a Sophie St-Hilaire será publicada, en forma íntegra, en la próxima edición impresa de la revista AQUA.

 

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