Acaba diciembre y la industria chilena del salmón se despide, tal vez, de uno de los años más complejos que le ha tocado vivir. Y es que la pandemia del Covid-19 no sólo apareció como un suceso totalmente inesperado, sino que trajo complicaciones logísticas y de operaciones (que se han resuelto de buena manera) y, lo más complejo, ha significado dificultades en los principales mercados internacionales, lo que ha redundado en precios más bajos.
Aun así, la industria se ha mantenido operativa y dinámica como siempre, estableciendo un trabajo cercano con autoridades y comunidades locales, fortaleciendo sus vínculos con cada uno de los territorios donde se cultiva salmón. Así lo manifestó el presidente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile), Arturo Clément, quien –en entrevista con AQUA– expresó que durante este tiempo se ha podido “ejecutar lazos virtuosos para apoyar a nuestros vecinos y colaboradores durante la emergencia sanitaria”. El ejecutivo también entregó sus proyecciones para el negocio para el 2021.
¿Qué balance puede efectuar acerca del año 2020, marcado por la pandemia del Covid-19, para la industria chilena del salmón? ¿Pensaron, en marzo de este año, que esta situación tendría tal efecto, intensidad y duración?
Este ha sido un año complejo para todos y evidentemente alejado de lo que proyectamos el 2019. La pandemia generó efectos importantes en el precio y afectó la distribución en el canal HoReCa.
Pero, más allá de los mercados y el negocio, el 2020 ha sido un año provechoso para la industria en términos de vinculación con el territorio. Hemos estrechado puentes con autoridades y comunidades locales, lo que nos ha permitido ejecutar lazos virtuosos para apoyar a nuestros vecinos y colaboradores durante la emergencia sanitaria.
Lo anterior se expresó en la campaña “Comprometidos con el Sur”, donde toda la industria unida –proveedores y productores– aportaron con casi $2.000 millones que beneficiaron a más de 50 localidades, aportando con más de 2.200.000 Elementos de Protección Personal (EPP), 15.500 kits sanitarios para las familias, más de 100 elementos críticos para hospitales, dos ambulancias, tres equipos de rayos X, 18 monitores de signos vitales, 25 camas clínicas y más de 5.500 raciones de salmón, entre otros aportes.
En cuanto a resultados, ¿cuáles cree que serán los impactos concretos de la pandemia? ¿Cuánto podrían reducirse las exportaciones de salmónidos chilenos al cierre de 2020?
Principalmente, tendremos menores ingresos devenidos de la caída en los precios. Sin embargo, a pesar de esto, hemos logrado mantener los niveles de empleo y permitir que hoy las regiones salmonicultoras estén con cifras de desocupación por debajo de la media nacional.
En términos de exportaciones, el haber tomado las medidas sanitarias rápida y eficientemente nos permitió seguir operando. Esto llevó a que incluso tuviéramos un aumento de un 6% en las exportaciones, expresadas en toneladas.
¿Cuáles cree que son las principales lecciones que ha dejado la pandemia para la industria chilena del salmón?
La pandemia nos permitió consolidar el cambio de foco que hemos impulsado, que es poner a las personas en el centro. El trabajo con comunidades de años, con sindicatos y con autoridades locales nos permitió no solo generar medidas eficientes para seguir funcionando previniendo los contagios, sino que apoyar a todos los territorios de donde somos parte. Este año nos evidenció la potencialidad de trabajar unidos. La unión fue clave para aportar con algo esencial a nuestras regiones (a través de la campaña “Comprometidos con el Sur”) y demostrar que el compromiso con el desarrollo de las mismas es real.
Respecto de los mercados, se sabe que este año cayó drásticamente el canal HoReCa. ¿Cómo han progresado los esfuerzos de la industria salmonicultora chilena por aumentar los envíos al retail? ¿Se ha logrado compensar la pérdida en el food service?
En general no han existido cambios en el tipo de productos a exportar, manteniéndose los productos tradicionales por mercado. Efectivamente, ha aumentado el sector retail y actualmente hay más consumidores comiendo salmón en sus casas. Sin embargo, esta situación no ha podido compensar totalmente la caída de HoReCa.
Finalmente, ¿cuál es su visión sobre el año 2021? ¿Seguirá marcado por la pandemia? ¿Cómo se prepara la industria para los meses que vienen?
Desde hace algunas semanas que hemos visto una sostenida recuperación de precios. Esperamos que esta tendencia se mantenga para el 2021 y de esa forma podamos volver a tener rentabilidades positivas para el año próximo. En términos de mercado, a pesar del inicio del plan de vacunación, todavía existe incertidumbre de cómo irá avanzando la pandemia y de qué forma irán reaccionando los destinos. Sin embargo, estamos optimistas de que el próximo año será más auspicioso. La industria tiene una cadena logística y operacional que, además de ser un motor laboral del sur austral, nos permite reaccionar rápidamente al aumento de demanda en nuestros más de 100 mercados.
En términos sociales y territoriales, vamos a seguir profundizando nuestras líneas de trabajo con grupos de interés, continuar con la segunda fase de proyectos emblemáticos que habíamos iniciado, como “Comprometidos con el Mar”, que solo este año ha permitido retirar más de 1.000 m3 de desperdicios desde las costas y fiordos del sur austral, que en el histórico suman más de 6.000 m3. Asimismo, están en marcha otras iniciativas, como la Escuela de Buceo; el Acuerdo de Producción Limpia; Compra Local, que se inició con la asociación entre hortaliceras de Quellón y los casinos de las plantas de producción de Chiloé; el Proyecto de Acuicultura Multitrófica; y el Programa Territorial Integrado con proveedores de Aysén; entre otros.
Esperamos que en 2021 podamos seguir consolidando y profundizando las diversas agendas, donde será fundamental el trabajo articulado, no solo de empresas productoras, sino que de toda la cadena de valor que compone nuestra industria.