(El Observatodo) Con preocupación y temor de quedar sin su fuente laboral se encuentran 1.500 trabajadores y sus familias adscritas a la pesca de camarones y langostinos que se desarrolla en la Región de Coquimbo.
Lo anterior, porque en el plan de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet se plantea la eliminación progresiva de la pesca de arrastre de manera indiscriminatoria, tanto para los grandes y pequeños volúmenes, y sin diferencias de las especies recolectadas ni la manera en que se desarrolla la actividad.
Y es precisamente esta diferenciación con otros tipos de pesca de arrastre, desarrollados en otros países, las que buscan sea reconocida por las autoridades. Así lo planteó Osciel Velásquez, dirigente del sector. «Nosotros hemos hecho la tarea, hemos modificado nuestro arte de pesca, la hemos hecho más liviana y nos sentimos perjudicados por este tema», subrayó.
Demonización y desconocimiento
Los crustaceros de arrastre afirmaron que su actividad es compatible con la de los pescadores artesanales de peces, con los cuales en conjunto le plantearon su inquietud al diputado Raúl Saldivar. «Ellos están acá y aseveran que les interesa seguir trabajando con nosotros, ya que procesamos lo que ellos pescan y en conjunto damos 1.500 empleos», adujo Velásquez.
El dirigente afirmó que no hay otra forma de poder recoletar camarones y langostinos que no sea con arrastre, pero a la profundidad a la que se realiza en Chile, no interfiere con los pescadores artesanales de otras especies ni tampoco daña el fondo marino. «Esto se pesca entre los 200 metros y 500 metros de profundidad. El arrastre está demonizado, ese es problema. No es como pasa en Centroamérica, donde se pesca entre 30 metros y 50 metros, donde hay tortugas, corales y una diversidad de peces. A la profundidad que se hace en Chile solo hay arena, roca y fango, no hay diversidad de peces», argumentó el dirigente, enfatizando que «existe desconocimiento en la materia».
Desempleo
La pesca de camarones y langostinos es el sustento para estas 1.500 familias, donde una gran parte son mujeres jefas de hogar que han trabajado durante décadas en ello.
Es el caso de Evita Contreras, quien lleva 30 años trabajando en este tipo de pesca. Siendo jefa de hogar lleva el sustento a seis personas en su familia y hoy ve con preocupación el futuro. «Estoy bastante preocupada. Lo que más hay en las pesqueras son mujeres jefas de hogar y madres solteras. El 80% somos mujeres, que somos la que llevamos el sustento a las casas. Por esto le realizamos un llamado a las autoridades para que nos apoyen en esto. No nos queremos quedar sin trabajo», puntualizó.
El diputado Saldivar escuchó los planteamientos de los pescadores. «Ellos hacen práctica de arrastre a 400 metros y a esa profundidad no hay otras especies que no sean crustáceos, camarones, y es perfectamente compatible con cualquier otras que se haga a media agua y que no sea de arrastre», sostuvo el legislador.
Para los crustaceros, la idea es que las autoridades puedan realizar alguna indicación para esta actividad o excepción, ya que aseguran no generar perjuicio alguno a las demás actividades de pesca artesanal o industrial.