Investigación brinda nueva herramienta para mejorar la supervisión pesquera mundial

Ene 26, 2023

El análisis desarrollado reveló que alrededor del 20% de la pesca en alta mar puede clasificarse como no regulada internacionalmente o no autorizada públicamente.

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa hasta 23.500 millones de dólares cada año y se facilita debido a que los barcos cambian de nombre, Estado de abanderamiento o propietario de forma recurrente. Una nueva investigación, dirigida por Global Fishing Watch y publicada en Science Advances, utiliza el procesamiento de macrodatos y una recopilación de conjuntos de datos globales para rastrear y analizar las embarcaciones con el fin de revelar sus identidades cambiantes y patrones en el cambio de pabellón.

Esta nueva investigación y el primer conjunto de datos públicos de su tipo, pueden complementar los esfuerzos internacionales existentes para abordar el alcance mundial de la posible pesca ilegal y permitir a las autoridades mejorar la supervisión y la aplicación de la ley.

Jaeyoon Park, científico de datos sénior en Global Fishing Watch y uno de los autores de la investigación, explicó que «en este estudio, combinamos dos conjuntos de datos (datos de registro de embarcaciones y datos de seguimiento de embarcaciones) y procesamos más de 100.000 millones de posiciones GPS con información de identificación consolidada para unas 200.000 embarcaciones. Para obtener datos de identificación, recopilamos, limpiamos y combinamos información de identidad de embarcaciones de más de 40 registros públicos. Estos incluyen los registros de las organizaciones regionales de gestión pesquera (OROP), los registros nacionales y las listas compiladas por investigadores. Cada una de esas listas ha sido mantenida desde principios de 2019 y se han combinado con datos históricos en los casos en que estaban disponibles.

Park, detalló que «la base de datos resultante incluye las características de identidad de la embarcación, como el nombre, el distintivo de llamada y el número de la Organización Marítima Internacional (OMI); los atributos físicos, como las dimensiones y el tonelaje del barco; el nombre y la nacionalidad del propietario del barco; y los detalles de autorización de pesca. Dado que muchas fuentes de datos no conservan datos históricos, esta base de datos servirá como archivo importante para la información de identidad de embarcaciones que seguirá desarrollándose».

El experto continúo señalando que para los datos de rastreo de embarcaciones, utilizaron información del sistema de identificación automática, o AIS, un transpondedor diseñado para garantizar la seguridad en el mar. Estos datos incluyen la mayoría de los barcos de pesca comercial y sus posiciones GPS, lo que les permite utilizar la tecnología basada en el aprendizaje automático de Global Fishing Watch para identificar el momento y lugar dónde es probable que una embarcación se dedique a pescar y a visitar puertos.

El científico, agregó que luego utilizaron una técnica conocida como «coincidencia difusa» para vincular estas dos bases de datos. «Esta tecnología de aprendizaje automático determina qué tan similares son dos palabras entre sí, lo que nos permite comparar la información de identidad (como nombres de barcos y distintivos de llamada) transmitida por AIS y lo que hemos recopilado de los registros. La vinculación de esta información impulsó el análisis del estudio. Nos permitió rastrear las embarcaciones a lo largo de su vida útil, reconstruir el historial de las embarcaciones para mapear los patrones de cambio de pabellón y revelar la pesca que podría no contar con autorización o, al menos, no autorizada públicamente», aseguró Park.

Resultados de la investigación 

El análisis desarrollado reveló que alrededor del 20% de la pesca en alta mar puede clasificarse como no regulada internacionalmente o no autorizada públicamente entendiendo que en el análisis se define la pesca no autorizada como cualquier pesca realizada dentro de una Organización Regional de Ordenación Pesquera (OROP) por parte de una embarcación que no esté incluida en una lista pública de autorizaciones.

Por otra parte, cuando la pesca se lleva a cabo en aguas internacionales, fuera de la jurisdicción de las OROP, la investigación la considera como no regulada internacionalmente, aunque las embarcaciones que operan en alta mar cuenten con la autorización de las autoridades nacionales pertinentes, sin embargo,  se necesita contar con medidas de gestión estrictas y transparentes a nivel internacional para reducir el riesgo de que las actividades de pesca INDNR continúen sin ser detectadas, así lo exponen de Global Fishing Watch.

En relación a la información obtenida del estudio, Jenn Van Osdel, científica de datos de Global Fishing Watch, reveló que «como nuestros resultados se basan en el análisis de los datos de rastreo del sistema AIS, que pueden estar sujetos a suplantación de identidad y manipulación, además de la ausencia de un mandato mundial que exija a todos los barcos pesqueros transmitir utilizando AIS, la cantidad real de este tipo de pesca en aguas internacionales puede variar. Las concentraciones de esta actividad parecen ser particularmente altas en el Océano Índico occidental y el Océano Atlántico sudoccidental, lo que corresponde a áreas en las que organizaciones no gubernamentales han recomendado mejores sistemas de gobernanza regional.

Osdel, culminó puntualizando que «si bien el AIS no es la herramienta idónea para informar sobre el cumplimiento legal de manera independiente, esperamos que nuestro análisis ayude a informar a las autoridades sobre el comportamiento de las embarcaciones como parte de un proceso más amplio de evaluación de riesgos que se utilice para monitorear las áreas de pesca INDNR y priorizar los recursos de vigilancia».

Fotografía: Global Fishing Watch

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