Jaime Zamorano, de Gelymar: “El potencial de Chile en materia de algas es perfectamente unas diez veces el actual”

Sep 6, 2021

En Chile se exportan más o menos US$ 300 millones al año en algas o productos derivados. No obstante, se cree que existe mucho mayor potencial.

Gelymar es una empresa con amplia experiencia en el procesamiento y exportación de productos derivados de algas. Desde hace 30 años, y a partir de sus instalaciones tanto en Chile, como en Indonesia, la firma provee a las mayores compañías de productos lácteos, cárnicos y de cuidado personal del mundo, convirtiéndose en un actor relevante a nivel global en materia de hidrocoloides.

Actualmente, la compañía trabaja con algas rojas y pardas, generando varios productos, como carrageninas, alginatos, harinas de alga y bioestimulantes.

Para abordar el potencial de las algas marinas, AQUA conversó con el gerente técnico de Gelymar, Jaime Zamorano, quien destacó las buenas perspectivas existentes para esta industria en Chile, la cual podría dar paso a “superalimentos” que respondan a los actuales y futuros requerimientos de la alimentación mundial, así como impulsar una industria a una escala parecida a lo que ha sido el salmón en el país.

Actualmente, Chile exporta algas, principalmente, bajo el formato de carrageninas y alginatos. ¿Cree que es posible seguir innovando en nuevos usos de estos productos?

Absolutamente, creo que en la medida que se incorporen más especies, así como el cultivo de algas a una mayor escala, los usos seguirán expandiéndose. El potencial de Chile en materia de algas es perfectamente unas diez veces el actual (en valor exportado).

En Chile se exportan más o menos US$ 300 millones al año en algas o productos derivados de algas, por lo que yo diría que perfectamente se podría llegar a los US$ 3.000 millones, lo cual daría paso a una industria súper grande, como los salmones, prácticamente. En los países asiáticos, por ejemplo, en Corea, China o Japón, los números son así de grandes.

En nuestro país, hay registros de recolección de algas desde la prehistoria. De hecho, en el sitio arqueológico Monte Verde, datado en más de 14 mil años de antigüedad, se encontraron restos de varias especies de algas. Por otra parte, hay datos de extracción comercial de algas desde los años ‘50, aproximadamente. En los ´60 ya estaba desarrollado y eso ha ido creciendo con el tiempo. Se fueron constituyendo empresas que usan las algas y que exportan. Hay empresas que procesamos en Chile, como Gelymar, que fabrica extractos de algas, subproductos o productos de valor añadido en el país. También se exporta alga como materia prima. Hay muchas empresas que secan o muelen, envasan y envían el alga al exterior.

Lo cierto es que el uso de las algas se ha ido expandiendo cada vez más. Conozco unos 20 emprendimientos o empresas, algunas que están exportando incluso, que usan las algas chilenas para consumo humano. Hay harto desarrollo en tiempos recientes, pues todas estas compañías tienen menos de diez años. Antes era Oriente el que consumía algas, pero ahora también Occidente, lo que representa una oportunidad.

¿Cree que se puede fortalecer el uso de las algas chilenas para consumo humano directo? ¿Sería ello más rentable tanto para quienes extraen las algas, como para quienes las procesan?

Es así y ello queda demostrado con la gran cantidad de iniciativas que se han lanzado recientemente al mercado.

En términos nutricionales, ¿qué algas, a su juicio, se ven más prometedoras?

Hasta ahora, casi todo el desarrollo del mercado de algas para consumo humano se ha basado en cochayuyo, seguido por el luche y la chicoria de mar. La carola es una especie que fácilmente podría incorporarse a la oferta. Además, en el luche hay mucho por hacer, ya que actualmente se sabe que corresponde a un conjunto de especies. La Ulva es otra especie interesante y hoy mínimamente utilizada.

De las algas que existen en Chile, solo 16 tienen registros de uso de valor comercial. Es una fracción mínima y la mayoría de las algas son comestibles o podrían servir para nuevos desarrollos. Tienen carbohidratos interesantes, además de proteínas y vitaminas. Es mucho lo que queda por hacer. De hecho, solo cinco de estas 16 especies que actualmente se extraen o cosechan son para alimentación humana: la lechuga de mar, carola, chicorea de mar, luche y el cochayuyo. En Chile tenemos una costa enorme; hay muchas más algas que se podrían utilizar.

En el caso de Gelymar, ¿están incursionando o planean abordar nuevos desarrollos a partir de algas? ¿De qué tipo?

Siempre estamos innovando para generar una mayor oferta a partir de nuestras algas. Actualmente, trabajamos fuerte en el desarrollo de harinas de algas, donde estamos intentando, por ejemplo, incorporar algas de cultivo, principalmente, pelillo y chicoria. Recientemente, hemos obtenido certificación orgánica para este tipo de productos, lo que nos abre la posibilidad de entrar a mercados muy importantes. También estamos avanzando en el desarrollo de bioestimulantes de uso agrícola. Finalmente, hemos lanzado un proyecto de biomateriales a partir de algas que podría ampliar el número de especies actualmente incorporadas a la cadena productiva.

Fotografías: Gelymar

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