José Miguel Burgos: «Podríamos pensar en relajar algunas de las normas sanitarias»

Jul 30, 2015

Hay una baja de 16% en la producción salmonicultora, pero la autoridad realiza un positivo balance sanitario. Estima que se podrían "aflojar" normas como las asociaciones de "barrios".

(Pulso) Cerca del 30% de los centros productores de salmónidos vieron una disminución en sus siembras en el primer semestre de 2015. Así lo informó el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), que realizó un positivo balance respecto a los resultados sanitarios de los primeros seis meses del año, pero que tendrán como costo una disminución de cerca del 16% de la producción nacional. Esto debido principalmente a la modificación a la Ley General de Pesca y Acuicultura que obligó a las salmonicultoras a asociarse en «barrios» productivos en 2010.

Según el director del organismo, José Miguel Burgos, esta reglamentación es la única medida que puede efectivamente disminuir las enfermedades y, por lo tanto, el uso de antibióticos que representa uno de los principales frenos para la industria. Sin embargo, reconoció que luego de superada la crisis de la Septicemia Rickettsial Salmonídea (SRS), quizás ya sea hora de relajar un poco algunas de estas normas.

¿Cuáles fueron las conclusiones de la información productiva y sanitaria de la salmonicultura a junio de 2015?

Tenemos una actividad un tanto menor respecto con lo registrado durante el año 2014, en términos de que se han operado 473 centros de cultivos en mar en lo que va del año y con un promedio mensual de 500.000 toneladas a la semana, lo que representa una disminución respecto al dato registrado durante el año 2014. Hay una proyección de una menor producción del orden del 16% para 2015.

¿Por qué se va a producir esta disminución en la producción?

Hay varios factores, pero uno de los más importantes tiene que ver con la implementación del reglamento sanitario (agrupaciones en «barrios»): alrededor del 30% de los centros debieron bajar sus siembras por efecto de la regulación.

Esta norma busca regenerar una relación entre la biomasa de número de pescados que está en el agua y un mejor performance sanitario. A nuestro juicio, esta disminución no es una mala noticia porque cuando uno revisa los resultados sanitarios estos siguen mejorando. Lo que tenemos es un mejor performance sanitario y, por lo tanto, del punto de vista del objetivo de la norma esto se está cumpliendo.

¿Qué les parece a las empresas esta reglamentación? ¿Están satisfechas con este sistema?

Este sistema lleva un año y medio en aplicación, hemos tenido conversaciones con la industria respecto a los resultados, que siguen siendo a nuestro juicio evaluados positivamente, pero sin duda es un tema que nosotros necesitamos perfeccionar. Junto con la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) estamos trabajando intensamente en la revisión de nuestro marco legal, porque hay que recordar que lo hicimos en crisis y, por tanto, hay muchas medidas que hoy día hemos podido comprobar y que en este escenario ya son innecesarias. Los sistemas de control sanitario son sistemas dinámicos y nosotros los estamos evaluando permanentemente. Hoy día, con la situación epidemiológica, con el ISA en particular, probablemente requerimos concentrar la normativa en ciertos eslabones de la cadena, y uno podría pensar en relajar algunas de estas normas finales.

¿Cómo se han controlado los últimos casos del virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAv?

Hemos tenido cuatro casos en 2015 en los que hemos detectado presencia del agente patógeno, pero donde las mortalidades han sido bajísimas. Esto habla del adecuado control que lleva adelante el Sernapesca en términos de una detección temprana, evitando que la enfermedad se pueda diseminar. Estos cuatro casos han sido rápidamente contenidos, se ha ordenado la eliminación de las jaulas positivas y esto ha permitido que la enfermedad no «salte», a veces ni siquiera de una jaula a otra, y menos de un centro a otro.

¿Cómo ven la situación en el caso del SRS?

Hay una relación directa con la biomasa y con las especies susceptibles. Con la disminución de las truchas se genera un ajuste en términos de que la especie donde ha sido más difícil su control va disminuyendo, y la biomasa de los centros y barrios ha disminuido de forma importante. Esta es una tendencia que viene desde principios de 2014, con una consecuente disminución de la prevalencia de esta enfermedad.

¿Y la disminución de la Caligidosis se debe también a los cambios en la regulación?

Hay una disminución ya bastante prolongada desde enero de 2014 de los indicadores de prevalencia de este parásito, y quizás hoy día es el resultado de mayor éxito que tenemos en nuestras campañas sanitarias. Si uno lo compara con la situación en Noruega, Chile tiene un avance muy importante y yo creo que esto ha sido, entre otras cosas, por un cambio en la regulación y por una activa participación de la industria; del convencimiento de que este es un problema que se tiene que manejar coordinadamente y estos son los resultados que vemos hoy día.

Región de Magallanes

¿Cómo está el tema de la reapertura de las concesiones en Magallanes?

El proceso sigue en trámite, es una situación que ve la Subpesca y se ha avanzado en los trámites regulares. Hoy día, Magallanes tiene alrededor del 5% de la producción nacional en un proceso de ascenso importante desde el punto de vista del crecimiento. A pesar de que son una pequeña parte de la producción nacional, es la zona con mayor expansión que registra la industria salmonicultora nacional.

Adicionalmente, los indicadores sanitarios -que en el promedio del país han ido mejorando sustancialmente- en Magallanes son aún mejores. Esto tiene que ver con que el sistema de producción en esa zona fue uno que se pudo planificar, se ordenó y probablemente las cargas de peces en estos sitios es más reguladas. Nuestro juicio es que esto ha permitido mejores resultados sanitarios.

¿Entonces, cuál es el futuro de la concesiones en Magallanes?

Esperamos que en Magallanes, de aquí a unos tres o cuatros años más, podamos tener un número cercano a las 100 concesiones disponibles con una producción del orden del 7% del total nacional. Hoy día, hay alrededor de 30 concesiones en operación y 60 en condiciones de ser operadas.

Respecto al excesivo uso de antibióticos en salmones, ¿se está haciendo algo para regularizar este tema?

Ahí estamos trabajando un plan de reducción de antibióticos que sigue en marcha y estamos mejorando algunos aspectos regulatorios y normativos, pero creemos que la solución va a venir fundamentalmente por la disminución de los casos de SRS, que hoy día es la principal causa del uso de antibióticos. La reducción de la biomasa es a nuestro juicio un elemento que va a contribuir a controlar esta enfermedad.

Además, realizaremos una mejor difusión de nuestro programa de control de antibióticos. Chile tiene un programa muy estricto del control de antibióticos que ha permitido ser bastante exigentes en los mercados de destino. El país no tiene un gran problema de residuos de antibióticos en carnes de salmón, son casos puntales, por tanto, desde el punto de vista de la regulación de las autoridades, Chile cumple a cabalidad.

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