Asegurar un desarrollo sostenible de la actividad es una de las principales metas que se ha propuesto la industria salmonicultora nacional. En ese sentido, el año pasado nació un proyecto inédito en el sector liderado por la Universidad de Aysén en conjunto con Blumar y la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile) a través del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) –que cuenta también con el apoyo de organizaciones de pescadores artesanales– que busca avanzar hacia un nuevo concepto de acuicultura.
Se trata del proyecto “Acuicultura Multitrófica Integrada”, el cual contempla el desarrollo de un modelo productivo piloto, pero a escala comercial en la región de Aysén, para estudiar los beneficios de esta técnica de cultivo. La iniciativa cuenta con financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Aysén.
Para profundizar en esta iniciativa, AQUA conversó con el encargado territorial de SalmonChile en la región de Aysén, Hernán Rebolledo, quien valoró el progreso que ha tenido esta propuesta y los positivos impactos que se espera que tenga en materia de sustentabilidad y también en lo social.
¿Cuándo comenzó a gestarse esta iniciativa y cuáles fueron los motivos por los cuales SalmonChile decidió trabajar en el tema?
Este sistema de acuicultura es muy innovador, extremadamente flexible, y puede ser una solución concreta a uno de los impactos que genera la salmonicultura respecto a los fondos marinos y el aporte de nutrientes. Lo anterior, ya que el concepto de acuicultura multitrófica a escala productiva pretende generar un balance entre los diferentes eslabones de un ciclo productivo para generar una actividad sustentable, donde los desechos de una especie son reciclados para convertirse en aportes (fertilizantes, alimentos) para otra.
Esto se diseña recreando un sistema ecosistémico simplificado que esté en balance con su medio, y no introducir una biomasa de cierto tipo esperando que esta pueda ser cultivada aislada de todo lo demás. Puede ser aplicado a sistemas que operan en aguas expuestas o en tierra y en marinos o de agua dulce, eligiendo organismos apropiados de acuerdo a las funciones que tienen en el ecosistema y su valor comercial o potencial económico. De hecho, la acuicultura multitrófica proporciona diversificación económica y genera un mejor vínculo del sector acuicultor con su entorno y comunidades, quienes ven un beneficio patente en esta práctica.
Esta iniciativa está enmarcada en el desarrollo de un proyecto FIC del Gobierno Regional de Aysén y las actividades de terreno en comenzaron en agosto de 2020 con la realización de la línea base, mientras que en junio (de este año) iniciaremos las siembras de las primeras especies de algas tras la aprobación de modificaciones de los proyectos técnicos donde estas se incluyeron como especie.
¿En qué sitios están implementando este proyecto? ¿Cómo se ha desarrollado este proceso?
Ha sido un excelente trabajo de vinculación entre la ciencia, las comunidades y la industria del salmón en Aysén. Esta propuesta está liderada por la Universidad de Aysén en conjunto con Blumar y SalmonChile, y es apoyada por agrupaciones de pescadores. De esta forma, se constituye un núcleo profesional que permitirá desarrollar la iniciativa en forma integrada desde la academia a la transferencia productiva.
El proyecto se ha dividido en dos grandes actividades. La primera es un monitoreo ambiental y oceanográfico que consiste en la toma de registros estacionales de parámetros físicos, químicos y biológicos. Y la segunda considera un seguimiento biológico de los incrementos en tamaño y biomasa de las algas a cultivar, para determinar tasas de crecimiento. Esta fase se está desarrollando en tres centros de cultivos de Blumar: dos de descanso sanitario y uno que no ha tenido producción en los últimos tres años y que nos servirá como unidad de control.
¿Qué tipo de algas tienen planeado cultivar?
En este proyecto, está contemplado el trabajo con dos especies, que son Agarophyton chilensis (Pelillo) y Gigartina skottsbergii (luga roja).
¿Cuál es la hoja de ruta que esperan seguir con este proyecto?
Pensando en el futuro, pretendemos fortalecer este modelo de gestión colaborativo. Esperamos que este ayude a diversificar los trabajos y sea un aporte para los vecinos, y más personas y comunidades se sientan atraídas hacia el cultivo de algas, pensando los beneficios que trae para todos, debido a que los centros de cultivos que se encuentran en descanso sirven para ayudar a las comunidades.
Asimismo, existe una tendencia mundial que avala el aumento del consumo de algas para diversos usos, incluida la producción de biogás, por lo que Chile tiene grandes perspectivas de desarrollo con este rubro, que además permitiría ampliar las oportunidades para los pescadores y comunidades del litoral de Aysén que deben hacerse cargo de la explotación sustentable de los bancos naturales de algas, que son muy abundantes en esta parte del país.
Fotografías: SalmonChile