Oceana, organización internacional dedicada a la conservación de los océanos, emanó recientemente un informe denominado «Evaluación del uso de antiparasitarios para combatir el piojo de mar (Caligus rogercresseyi) en el cultivo de salmónidos en Chile». Dicho estudio fue elaborado por Dayla Woller del Scripps Resarch Institute de California, Estados Unidos, como parte de su tesis de grado. La supervisión de este trabajo estuvo en manos de Catalina Sapag, coordinadora de Campañas y Ciencia de Oceana Chile.
Según señalaron desde la organización, el objetivo de este trabajo fue analizar el uso de antiparasitarios en los principales países productores de salmón y ver el impacto que estos productos tienen en el medio ambiente. Asimismo, buscaba entregar mayor información sobre el desempeño de la salmonicultura local.
Entre las conclusiones del estudio se destaca que, respecto a los piojos de mar, «se requieren de investigaciones científicas específicas a la salmonicultura en Chile para el combate de este tipo de infestaciones, ya que las soluciones más efectivas varían según la localidad. Por lo tanto, incluso si otros países son exitosos en su búsqueda de soluciones, estas pueden no corresponder a las mejores estrategias para las condiciones particulares y la geografía del país».
Desde Oceana Chile, Catalina Sapag se refirió a los detalles de la investigación y los aportes que pretenden llevar a cabo con el informe.
¿Cómo nace la idea de realizar el estudio “Evaluación del uso de antiparasitarios para combatir al piojo de mar (Caligus rogercresseyi) en el cultivo de salmónidos en Chile”? ¿Cuáles eran los propósitos?
Desde Oceana, llevamos años estudiando la situación del uso de antibióticos en la salmonicultura y recientemente decidimos analizar también la situación de antiparasitarios porque es conocido que las infecciones por piojos de mar son uno de los principales problemas de la industria y sospechábamos que el uso de antiparasitarios sería alto.
El propósito de este estudio fue analizar el uso de antiparasitarios en los principales países productores de salmón, con especial detención en Chile, los impactos ambientales de estos productos y los desafíos que implica la falta de transparencia sobre su uso en la industria salmonera de Chile.
¿Quién dirigió esta investigación y qué métodos se utilizaron para recopilar la información?
La investigación, guiada y supervisada por Oceana, fue realizada por Dayla Woller del Scripps Resarch Institute de California, Estados Unidos, como parte de su tesis de grado.
La metodología consistió en la recopilación de datos de uso de antiparasitarios y producción de peces en cultivos marinos en los principales países productores de salmón, es decir, Noruega, Canadá, Escocia y Chile, a partir de información publicada por fuentes gubernamentales. En el caso de Chile, esta información fue otorgada por Sernapesca, a través de una solicitud por Ley de Transparencia.
Con esta información, se calcularon los índices de uso de antiparasitarios, es decir, los gramos de antiparasitarios utilizados por tonelada de pez producida y se realizaron dos comparaciones entre los índices de cada país: una que incluye el uso de peróxido de hidrógeno y otra sin el uso de peróxido de hidrógeno, ya que en otros países este compuesto no se utiliza exclusivamente para el tratamiento contra piojos de mar, lo que podía llevar a comparaciones imprecisas. En este caso, estábamos interesados en ver el uso de antiparasitarios para controlar los piojos de mar y así tener una idea de cuánta resistencia habría en los piojos de mar, según las cantidades de antiparasitarios que se requieren para controlar las infestaciones.
A la vez, se hizo una revisión bibliográfica sobre los mecanismos de acción de cada antiparasitario utilizado en Chile, sus impactos en el medio ambiente y sobre registros de resistencia a estos compuestos.
¿Tuvieron dificultades para obtener los datos de uso de antiparasitarios en Chile?
Nosotros hemos podido evidenciar de primera mano la falta de transparencia sobre el uso de antiparasitarios en la industria salmonera de Chile. En 2019, solicitamos a través de la ley de transparencia la cantidad y tipo de antiparasitario utilizado por cada centro de cultivo junto con su producción anual en el periodo de 2015 a 2019, ante lo cual varias empresas se negaron, similar a lo que nos ha pasado en el caso de antibióticos. Frente a esto, recurrimos al Consejo para la Transparencia, el cual ordenó la entrega de la información solicitada. Sin embargo, cinco empresas presentaron reclamos antes la Corte de Apelaciones para no entregar esta información. Estos casos aún no se deciden, por lo cual no hemos podido acceder a información de uso de antiparasitarios de hace dos años y más.
Así, si bien obtener la información del uso de antiparasitarios total de la industria que opera en el país no es problema, para poder obtener el detalle por empresa se hace necesario recurrir a procesos legales demorosos, lo que evidencia la falta de transparencia en la industria, y que impide el escrutinio público y el acceso a información actualizada y confiable.
El estudio menciona que, en 2018, el año más reciente con información disponible para todos los principales países productores de salmón, Chile tuvo la proporción más alta de antiparasitarios utilizados exclusivamente para combatir los piojos de mar por biomasa de pez producida. ¿Podría explicar cómo se obtiene este dato?
Esta conclusión se obtiene de la comparación del índice de uso de antiparasitarios entre países excluyendo al peróxido de hidrógeno. Por ejemplo, en Noruega se utiliza también para tratar la enfermedad amebiana de las branquias, la que ha impactado de gran manera los centros de cultivo de salmón en este país en los años recientes; al mismo tiempo los tratamientos farmacológicos para los piojos de mar en este país han disminuido. Por su parte, en Canadá, el peróxido de hidrógeno se utiliza también como un tratamiento antihongos. Esto se transforma en un problema para los análisis centrados en los piojos de mar, ya que no especifican las cantidades utilizadas para cada propósito.
Los últimos años, Chile –así como otros países productores– ha estado trabajando bastante en la inclusión de terapias alternativas para enfrentar al piojo de mar y las autoridades y empresas han destacado mejores resultados en torno al control del cáligus. Ustedes, ¿han revisado las cifras actuales? ¿Considera que la situación que se muestra en el estudio ha mejorado los últimos ejercicios?
Sí, estamos conscientes del esfuerzo del país en disminuir el uso de los antiparasitarios tradicionales y por optar por tratamientos no farmacológicos, situación que también se da en Noruega y Escocia, donde se ha optado por tratamientos mecánicos o por el uso de peces limpiadores. Sin embargo, al realizar este estudio nos llamó la atención que, a pesar de que estos tratamientos serían en un principio más amigables con el medio ambiente, en Noruega y Escocia existen preocupaciones sobre la efectividad de ellos y, específicamente para el caso del uso de peces limpiadores, existen preocupaciones éticas y cuestionamientos sobre estos tratamientos respecto al bienestar de estos mismos peces. Así, nos queda la sensación de que aún no se encuentra una solución idónea para el control de este tipo de infestaciones, por lo que se requiere de mayores investigaciones al respecto, las que serían incentivadas mediante una mayor transparencia en la industria.
Considerando que los datos mostrados en el estudio tienen que ver con datos de hace tres años atrás, ¿cuáles son los principales aportes que espera realizar Oceana con esta investigación? ¿Cuáles son las recomendaciones que pueden entregar al sector salmonicultor nacional para seguir mejorando en materia de tratamientos antiparasitarios?
Con esta investigación, esperamos informar al público general sobre un aspecto de la salmonicultura que no es muy conocido para quienes no están involucrados en ese mundo. Creemos que en los últimos años el tema del uso de antibióticos en la salmonicultura ha ganado cobertura y que es un tema más familiar para personas que probablemente consumen salmón, pero que no saben sobre la forma en que se produce. Asimismo, nos gustaría informar sobre otros problemas de la industria, para que el consumidor pueda realizar decisiones informadas.
De esta investigación se desprende que controlar las infestaciones de piojos de mar de la manera más eficiente y amigable con el medio ambiente no es solo de interés ambiental, sino que es uno de los grandes desafíos de la industria. Para esto, es necesario que haya ciencia independiente y que se realicen más investigaciones científicas sobre los mecanismos subyacentes a las infestaciones, para lo cual es necesario que haya transparencia y que así se incentive la investigación en este campo. Al respecto, en una de las publicaciones que revisamos para este estudio, de Overton et al. 2019, dan cuenta de que en Noruega las bases de datos nacionales son extremadamente importantes ya que permiten un análisis en profundidad de los procesos a nivel industria. Una situación similar se da en Escocia, donde las bases de datos de las mortalidades de los salmones, que recientemente se volvieron disponibles al público, permitieron un análisis mayor que ayudó a las empresas del salmón y a los investigadores a entender los problemas detrás de las muertes de salmones. Sin embargo, en Chile no se publica esta información por empresa y, por lo tanto, nuestra recomendación a la industria es que se aumente la transparencia.
Este estudio, ¿lo compartirán con autoridades y salmonicultores con el fin de que sirva de insumo para mejorar la acuicultura nacional?
Sí, actualmente se está tramitando un proyecto de ley en el que se establece la obligación de publicar la información sobre uso de antiparasitarios, antibióticos y mortalidades entre otros aspectos y este informe respalda esa decisión, por lo que será compartido con los tomadores de decisiones. En esta línea, esperamos que el proyecto sea puesto en tabla a la brevedad porque la transparencia y la regulación en una actividad económica tan grande no puede seguir esperando. Hacemos un llamado al Gobierno a impulsar también esta iniciativa, porque el crecimiento de esta industria no puede seguir ignorando a las comunidades y al medio ambiente.
Descargue el informe aquí.
Fotografía: Archivo/Fundación Chile