Desde sus inicios, en 2008, la compañía chilena Omnifish se ha caracterizado por desarrollar soluciones según los requerimientos específicos de sus clientes. Dentro de ellas se encuentran completas tecnologías de alimentación, software y cámaras Full HD, entre otras. Sin embargo, en el último tiempo, sus ejecutivos y personal se encuentran concentrados en el desarrollo de un sistema que podría disminuir a la mitad los tiempos de baños contra cáligus y, quizás lo más importante, con una baja demanda de buzos, maniobras y estrés para los peces.
Uno de los socios de la compañía es Luis Yáñez. El otro es Iván Rodríguez. ambos cuentan con una reconocida experiencia en el sector salmonicultor del país. “Recientemente nos adjudicamos recursos de Corfo para la fase de empaquetamiento tecnológico, lo que significa que podremos comenzar a probar nuestro sistema con biomasa. Ya tenemos varias compañías interesadas en este desarrollo», comentó Yáñez. La razón es simple: se trata de una innovación que podría impactar positivamente a la actividad.
Lona inflable
«Junto con una empresas partner, desarrollamos una lona inflable orientada a manejo de peces y al baño contra cáligus. La gran ventaja que tiene nuestro sistema es que sirve para balsas-jaula circulares, rígidas o semirígidas, no requiere soltar los tensores asociados a la red pescera y el buzo solo de bajar para su instalación. En definitiva, es fácil de instalar y reduce el tiempo del baño a la mitad”, apunta Yáñez respecto de la apuesta de Omnifish que ya se encuentra patentada.
Pero los innovadores locales que dan empleo directo a 18 personas quieren ir un poco más allá. “Los recursos aportados por Corfo nos permitirán incluir varios sensores. Algunos de ellos medirán la profundidad, oxígeno y temperatura. También se incorporarán cámaras para analizar la instalación de la lona o el estado de la biomasa. Es bien completo y seguro para los peces”, analiza el ejecutivo de la compañía que hoy compite de igual a igual contra gigantes extranjeros.
La tarea no ha sido fácil. Omnifish lleva cerca de tres años desarrollando una idea que podría terminar dándole un verdadera “vuelta de turca” a una operación obligatoria que se ha caracterizado por tener un gran impacto en las operaciones de los centros de cultivo y en el nivel de cortisol de los peces. Sin embargo, para esta compañía nada parece imposible.
Tres meses de plazo
Los orígenes de esta compañía se remontan al periodo del ISA. Yáñez salía de la compañía donde oficiaba como gerente de producción y se dedicaba al mantenimiento de sistemas de alimentación. “Recibí una oferta para desarrollar un sistema de alimentación que fuera simple y adaptable a las necesidades del cliente. El plazo que me dieron fue de tres meses. Dada la experiencia nacional e internacional que tenía Iván Rodríguez, lo invité a participar de la sociedad. Una vez cumplido el plazo, presentamos el producto que terminó gustando. Fue el puntapié inicial para los futuros desarrollos”, comenta orgulloso Yáñez respecto del sistema de alimentación, que próximamente verá su versión 3.0.
Con el tiempo, y dada las necesidades de sus clientes, la compañía ha ido derivando en dispersores de alimento (Omnispreader), selectoras (Omniselect), dosificadores de alimento (Omnidoser), sistemas de monitoreo digital (Omniview) o sistema de control a distancia (Omnilink), por mencionar algunos de sus productos que se encuentran en las principales salmonicultoras del país.
“Nos ha ido bien porque somos adaptables y damos respuestas rápidas. Eso ha gustado en las empresas”, comenta Yáñez respecto de su compañía que ya se ha adaptado a las nuevas tendencias de la industria chilena como las microrraciones, transmisión de datos en línea o control de los centros de cultivo a distancia.
Mayores informaciones sobre la compañía en www.omnifish.cl