A continuación reproducimos una columna de opinión que el presidente de la Sociedad Nacional de Pesca F.G. (Sonapesca), Francisco Orrego, hizo llegar AQUA y que también fue reproducida por el diario La Estrella de Iquique:
«La pesca industrial del norte se encuentra en una encrucijada. En el contexto de una de las peores crisis de la actividad en la historia, producto del fenómeno de El Niño, se enfrenta a una incertidumbre legal de incalculables consecuencias. Una de las propuestas que existe para modificar la Ley de Pesca consiste en eliminar, en forma permanente y definitiva, el ingreso de la flota pesquera industrial del norte a ventanas de operación en las primeras cinco millas que la actual ley reserva para la pesca artesanal. Este ingreso es validado por la Ley de Pesca bajo una modalidad temporal, excepcional y que requiere del acuerdo de los consejos zonales de Pesca. Con ello se recoge una práctica y acuerdos de la pesca artesanal e industrial, representantes del mundo científico, del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), que han establecido por décadas esta posibilidad. Es decir, el resultado de la voluntad de los principales actores del sector y de criterios técnicos y científicos, todo lo cual ha permitido la coexistencia colaborativa y el desarrollo de la pesca en el norte de Chile.
Adoptar una iniciativa de esta naturaleza es ignorar esta realidad de la comunidad pesquera del norte y soslayar que su operación se encuentra asociada a determinadas características necesarias para generar áreas propicias para la pesca, entre las que se pueden destacar las características oceanográficas y del fondo marino. En el caso del norte, las áreas de pesca cambian principalmente en función de las características oceanográficas imperantes y del comportamiento biológico de cada recurso. Esto significa que la distribución de los recursos no es homogénea en el mar, sino discreta.
Las evaluaciones directas efectuadas por el IFOP mediante cruceros hidroacústicos, dan cuenta que la mayor proporción de la biomasa de anchoveta en el norte está asociada a la zona costera, principalmente dentro de las 10 primeras millas y, por otra parte, que mayoritariamente la actividad de la flota industrial se efectúa en las primeras cinco millas, no interfiriendo en ningún aspecto con la operación de la pesca artesanal, como lo refrenda la posición que siempre han tenido sus representantes frente al tema.
La eliminación de esta excepción constituiría un error mayúsculo porque generaría una disminución sustantiva de las capturas en la zona de recursos de una magnitud estimada en 60% del total actual, que no significa que se traspase a la pesca artesanal por cuanto esta no tiene la capacidad extractiva de estas capturas. Simplemente el país perdería gran parte de sus recursos pesqueros de la zona. En la práctica, implica la destrucción de la pesca industrial del norte. Además, tiene implicancias geopolíticas, dado el hecho que los recursos marinos de la zona son compartidos con Perú. Esto significa que si Chile no realiza las capturas que dispone es nuestro país vecino quien lo capitaliza, con el consecuente debilitamiento del ejercicio de nuestra soberanía en la zona.
Un golpe a la pesca industrial de tales dimensiones sería fatal para las principales empresas que actualmente operan en dicha zona y los efectos sociales se dejarían sentir para al menos 30.000 personas que trabajan ligadas al sector. Más aún, la pesca artesanal también sufriría el impacto severo, por cuanto la pesca industrial y artesanal son complementarias.
En consecuencia, las características regionales especiales del norte de Chile hacen inconveniente la eliminación de esta facultad de gran trascendencia económica, social y geopolítica para el país. Una amenaza frente a la cual las regiones perjudicadas deben estar alertas».