Comandante en jefe de la Armada respalda permiso otorgado al polémico vertimiento de salmones

May 18, 2016

En medio de un atípico Mes del Mar, el comandante en jefe de la Armada de Chile, almirante Enrique Larrañaga, aborda el complejo escenario creado por marejadas anormales, varazones sin explicación y la aparición de la marea roja en el archipiélago de Chiloé.

(El Mercurio) Hombre de pocas entrevistas -«yo hablo en mayo y el resto del año trabajo», afirma en una suerte de declaración de principios-, el comandante en jefe de la Armada, almirante Enrique Larrañaga Martin (57), vive un atípico Mes del Mar. Como pocas veces, el océano ha inundado titulares con marejadas anormales, inexplicables varamientos de distintas especies marinas y la crisis de la marea roja en Chiloé, Región de Los Lagos.

¿Qué le pasa al mar chileno, almirante Larrañaga?

«Vamos por parte».

Sentado en el salón Lynch del edificio de la Comandancia en Jefe, en Valparaíso (Región de Valparaíso), explica que, en condiciones normales, la costa chilena recibe una media anual de 32 marejadas «corrientes», del surweste. Desde noviembre, sin embargo, ha habido cuatro «anormales», con olas que se originan cerca de Japón y que tras viajar 15.000 kilómetros por el Pacífico, coincidieron con el fenómeno de El Niño y dañaron el borde costero. «Ahora El Niño está diluyéndose, por lo tanto de aquí al resto del año, en teoría, no debiéramos tener marejadas de ese tipo».

Sobre los masivos varamientos de especies tan disímiles como ballenas, anchovetas, langostinos y medusas, en cambio, no hay claridad. «Ha sido muy curioso que en un período muy corto de tiempo se han producido varamientos de distintas especies», admite el jefe naval, quien prefiere esperar los resultados de las investigaciones científicas.

Con todo, el episodio más complejo es la aparición de la marea roja en Chiloé. «Es lamentable, porque hay mucha gente que no puede trabajar en sus ocupaciones habituales, pero los estudios científicos todavía no son concluyentes respecto de qué es lo que pasa. La marea roja efectivamente abarca una zona inusual y muy extensa, y creo que tenemos que esperar… Ya Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura) dispuso estudios y hay gente que está viendo qué es lo que pasa».

¿Nos sorprendió este fenómeno como país? Más allá de Magallanes no se ve capacidad instalada para monitorear y enfrentar la marea roja.

«Siempre la naturaleza nos sorprende, y precisamente en base a las cosas que van ocurriendo se generan instancias nuevas de estudio e investigación. Aquí va a haber un esfuerzo importante por estudiar este tema. Nadie sabe los alcances que puede tener en el futuro».

En Chiloé hay dudas sobre la eventual relación entre el vertido de 4.665 toneladas de salmones en descomposición en el mar, realizado en marzo, y la marea roja. La Directemar (Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante) fue parte de las instituciones que autorizaron esa descarga, que ahora es investigada de manera desformalizada por el Ministerio Público. ¿Como comandante en jefe de la Armada, respalda el permiso otorgado?

«Absolutamente. Aquí existe un convenio, de Londres, que norma los vertimientos. Son muy, muy esporádicos en el mundo. Están muy restringidos. Y se hacen solo en condiciones muy especiales. Una de ellas es cuando está afectada la vida humana. Y estos salmones que estaban en descomposición generan un ácido (sulfhídrico) que es nocivo para la vida humana, de manera que por eso las autoridades ambientales de la zona resolvieron que no era posible llevarlos a los vertederos, porque era el mismo riesgo, y que la única alternativa era llevarlos al mar. Y quien autoriza eso es la Directemar y se informa a la Organización Marítima Internacional, está muy normado».

«Se escogió un punto que estaba a 75 millas del faro Corona, bastante lejos de la costa, a una profundidad de más de 3.000 metros, y ahí se desarrolló el vertimiento, que fue controlado por la Directemar. Y hay registros de los buques que participaron, las toneladas que se vertieron, y eso da el total de 4.665 (toneladas)».

¿Y usted tiene certeza de que eso no influyó en el fenómeno de la marea roja, como dicen los pescadores?

«Yo no soy científico. En general, los científicos han dicho que no hay ninguna relación entre el vertimiento y la marea roja. Yo me quedo con esa información».

Presione aquí para leer la entrevista desde su fuente original en Economía y Negocios de El Mercurio.

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