La industria salmonicultora nacional podría alcanzar pérdidas cercanas a los US$800 millones debido al paso de la microalga Chatonella que ha provocado la muerte de más de 30 millones de peces. Al respecto, el director del Centro de Biotecnología Acuícola (CBA) de la Universidad de Santiago de Chile (USACh), Dr. Eugenio Spencer, sostuvo que el impacto final en ese sector dependerá de la situación económica de cada empresa para hacer frente a esta coyuntura, porque la producción va a disminuir y habrá menos ingresos.
En esa línea, el académico especificó que «el manejo de esos empresarios con el mundo bancario chileno ha sido complejo, porque la banca nacional -en general- no mira bien a la industria del salmón, porque su riesgo es demasiado alto, como se puede ver con lo que acaba de pasar. Felizmente, para ellos, hay bancos extranjeros que han decidido invertir», aseguró.
En cuanto a la prevención de este fenómeno natural, el Dr. Spencer subrayó que la salmonicultura tiene riesgos impredecibles, «porque no se puede predecir si va a haber una marejada, si va a llegar una manada de lobos marinos o si va a aparecer esta microalga. Además, el brote fue mucho más alto producto de que no ha llovido, de la temperatura del agua, es decir, se dieron todas las condiciones para el crecimiento de esta microalga».
El Dr. Spencer acotó que como la producción se verá disminuida, «ocurre que si esas exportaciones que se pierden corresponden al margen de utilidad de la empresa, entonces se está frente a un gran problema». A esto se le agrega que la salmonicultura, probablemente, sea una de las industrias más endeudadas, por lo que «tendrá problemas ya que -en general- no se ha recuperado en la parte económica en un 100% de la crisis del virus ISA», que alcanzó a poco más de US$5.000 millones en pérdidas, a partir de 2007.
Medidas de manejo
En cuanto a las determinaciones para manejar la situación, el director del CBA de la USACh recalcó que podrían ser efectivas pero a un costo muy alto. «Mientras se constataba la presencia de la microalga ya se producía una mortandad, y lo que venía a continuación era mover los salmones a otro centro, pero también es posible que pasara que los otros centros estuviesen bastante cargados, y sumado a ello el costo de mover una cantidad de salmones grande, en forma viva, cuando ya están adultos, no es bajo», argumentó.
Añadió que «las medidas no van a salir gratis y provocarán un aumento para poder costearlos. Además, los costos de la industria salmonicultora son los más altos, especialmente en todo lo que es tratamiento y prevención de enfermedades».
En cuanto a las medidas inmediatas encabezadas por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y el gremio SalmonChile, el Dr. Spencer enfatizó que han sido las adecuadas. «Esta mortalidad, que ya alcanza los 30 millones de peces, solo se podía ocupar para harina de pescado y, a veces, las jaulas están tan lejos de donde se hace ese producto que sacar esa mortalidad y llevarla a esos lugares tiene un costo tan alto que no se justifica; por lo que arrojar esas mortalidades a 75 millas náuticas al suroeste de la isla de Chiloé, como se determinó, para la cantidad de biomasa que es, no debería representar ningún problema», aseguró.
Empleo
El experto advirtió que sería una mala medida que las empresas decidan trasladar sus centros de cultivo aún más al sur, esto porque “si las salmonicultoras se fueran de la Región de Los Lagos impactaría fuertemente en el empleo. Hoy día, gran parte de esa zona depende de la industria salmonicultora. Entonces, todas las medidas que puedan tomarse de ese tipo es mejor no ejecutarlas», concluyó.
Según estimaciones del sector, de continuar este fenómeno el número de desempleados podría llegar hasta las 10.000 personas.