En julio de este año, la empresa chilena EcoSea Farming S.A. fue invitada por la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados para exponer sobre su tecnología de redes de aleación de cobre que permiten reducir las adherencias y, por tanto, la contaminación del ecosistema. De igual manera, según lo expuesto en la instancia por la filial de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), el mecanismo presenta una mayor defensa frente a patologías como el virus de la Anemia Infecciosa del Salmón (ISAv), mayor control de los depredadores y su instalación es aplicable a todo el litoral chileno, con bajo riesgo frente a tsunamis y temporales.
Para conocer más sobre esta tecnología que EcoSea ha venido desarrollando desde hace seis años y que ya ha sido exportada a países referentes en acuicultura, el recién asumido gerente de Desarrollo de Negocios de la compañía, PhD. Alex Brown, conversó con AQUA.
¿Cuál fue el interés de la Comisión frente a este tipo de tecnología?
Principalmente dar a conocer el desarrollo alcanzado hasta el momento por EcoSea y su potencial de uso en el país y en el extranjero. Esta es una tecnología que se está introduciendo también en otros países. Asimismo, se explicó que el rango de aplicabilidad de esta tecnología no solo es en la acuicultura industrial, sino además en la acuicultura de pequeña y mediana escala y en sistemas de encierre como acuarios de gran escala.
¿Es esta tecnología aplicable a otras zonas o especies que no sea la sur-austral y al c
ultivo de salmónidos?
Por supuesto que sí. Un ejemplo, hoy EcoSea cuenta con un cultivo experimental de Seriola lalandi (palometa o dorado como se conoce en algunas zonas del país) en el norte de Chile, el cual ha funcionado a la perfección. Los peces están cercanos a los 2 kg luego de diez meses de cultivo y las redes nunca han sido lavadas, encontrándose en óptimas condiciones. Por otra parte, ya se han instalado mallas de cobre en Australia, Canadá, Escocia, Corea, Japón, Vietnam, Turquía, Mozambique y Sudáfrica, por lo que no debiera existir restricción de lugares o especies de peces.
¿Cómo se comporta esta tecnología en relación con el cuidado medioambiental y laboral?
En el cultivo de peces con mallas de cobre disminuyen significativamente los riesgos del buceo, debido a que las jaulas de cobre no necesitan uso de mallas loberas, ni necesitan cambiarse o lavarse con la frecuencia de las mallas de nylon. Estas redes no necesitan ser reparadas o tensadas cada mes, no requieren ser limpiadas cada 15 o 30 días, ya que no permiten incrustaciones en la superficie del alambre. Paralelamente, disminuye la mortalidad por ataque de predadores y los escapes de peces. Por último, son 100% reciclables. Todo lo anterior reduce considerablemente el gasto operacional, respecto de la tecnología convencional, la cual no me cabe duda que disminuirá progresivamente.
[cita align=»alignleft»]Para poder cumplir con los estándares ambientales cada día más exigentes, cada uno de los procesos de cultivo del salmón deberá aportar al respecto. [/cita]Estas redes no solo hacen más simple las operaciones de cultivo, sino que contribuyen con la bioseguridad y las certificaciones ambientales que está buscando la industria y que sin duda alguna los mercados internacionales la exigirán cada día con más fuerza.
Yo mantengo un importante vínculo con Alemania, donde hice mi doctorado, y con la Fundación Fraunhofer Chile Research -también fue asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés-, y puedo asegurar que tanto allá como en el resto de Europa y Norteamérica existe una creciente preocupación de los consumidores para que los productores cumplan y respeten las exigencias medioambientales.
¿Por qué estiman que puede ser un aporte en esta dirección?
Porque para poder cumplir con los estándares ambientales cada día más exigentes, cada uno de los procesos de cultivo del salmón (agua dulce, agua mar, procesamiento y logística) deberá aportar al respecto. Y en el proceso de engorda en el mar, no vemos otra tecnología que contribuya de mejor manera a disminuir -al mismo tiempo- la frecuencia de lavados, los cambios o limpieza de redes, los costos de mantención de mallas por centro de cultivo, las horas y profundidades de buceo, el requerimiento de naves y frecuencias de estas (recambio de mallas, reparaciones, tensado, retiro para lavado, entre otros), y que además sea reciclable.
Junto con ello, EcoSea, Fraunhofer y la Universidad Católica de Valparaíso nos encontramos desarrollando mejoras tecnológicas que permitirán disminuir la sedimentación sobre el fondo marino y en la ampliación de los beneficios que genera la utilización de mallas de aleación de cobre.