(El Divisadero) Iván Vera, presidente del Sindicato Nueva Ventura de Puerto Aguirre, en la Región de Aysén, detalló que en la última semana de enero ya comenzaban a sentir que el agua estaba más tibia, especialmente durante los días despejados y en las primeras horas de la tarde.
«Empezamos a medir diariamente la temperatura en la mañana y en la tarde. El agua estuvo entre 13° y 14° Celsius en la mañana y 18° a 20° en la tarde. Si bien hundimos las líneas, nos dimos cuenta que la temperatura era igual arriba y en el fondo (5 metros). Después, en la primera quincena de febrero la temperatura medida en las tardes varió entre 20° y 24° Celcius», explicó el dirigente.
Fue así que las algas dejaron de crecer, se pusieron amarillas y la mayor parte se descompuso. La proyección del sindicato era cosechar sobre 30 toneladas en esta temporada, la cual se ha perdido en gran parte, y con cuya venta se financiaría la operación durante este año, ya que el proyecto tiene financiamiento solo hasta este mes de marzo.
A pesar de ello, Iván Vera aseguró que no se han desanimado, e incluso han limpiado las líneas de cultivo y descubierto que tienen una buena cantidad de pequeñas frondas que sobrevivieron, las cuales esperan que crezcan durante la próxima temporada. «Ahora tenemos que ver cómo mantenemos el cultivo hasta diciembre-enero del próximo año», precisó.
Por su parte, Ricardo Norambuena, jefe del proyecto, sostuvo que los registros de temperatura en una boya que el Programa COPAS Sur-Austral mantiene en el fiordo Puyuhuapi, alcanzaron sobre 20° en algunos días de enero y febrero de 2016, lo que ratifica que toda la zona estuvo afectada por altas temperaturas en dicho período. Este evento fue muy similar al registrado en el verano de 2013 cuando también se registraron temperaturas por sobre los 20°, alcanzando máximos por sobre los 24° Celsius.
«Nuestro plan de contingencia considera reforzar la siembra durante marzo y abril de 2016 y buscar alternativas de financiamiento para que estos cultivos de pequeña escala sigan operando», subrayó Norambuena.
Sistema de cultivo
Desde 2014, un grupo de doce pescadores artesanales de la Región de Aysén han aprendido a cultivar luga negra en sus áreas de manejo, en el contexto de proyectos de transferencia auspiciados por el Fondo de Administración Pesquero (FAP) de la Subpesca y ejecutado por COPAS Sur-Austral y el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP).
En una primera etapa piloto los pescadores aprendieron a preparar e instalar los sistemas de cultivo, siembra de esporas, desdoble, mantención y vigilancia del sistema de cultivo, cosecha, secado y comercialización. Las áreas de manejo corresponden a Meninea B y Huichas C.
En 2015, en tanto, se inició una etapa de escalamiento productivo que permitiese llegar a una fase comercial. Las etapas iniciales de siembra y desdoble realizadas durante la primera mitad de 2015 resultaron de acuerdo con lo planificado. Tal como había ocurrido en la etapa piloto, durante enero de 2016 fue posible realizar cosechas obteniéndose un poco más de 3.400 kilos húmedos, aunque también se registró alta presencia de otras algas («maleza») y fijación de choritos.
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