“First Friday” de Cargill: Explicaron factores de riesgo para deformidades de columna

Sep 14, 2020

Durante el encuentro, Javier González explicó que uno de los principales factores de riesgo tiene que ver con las temperaturas elevadas, principalmente, en la etapa de agua dulce, sobre todo durante la incubación y primera alimentación.

El pasado viernes 11 de septiembre, Cargill Chile realizó su cuarto encuentro correspondiente al ciclo de talleres “First Friday”, esta vez, con la charla “Factores que afectan el normal desarrollo de la columna en trucha y salmones”, dictada por el médico veterinario, PhD en Nutrición Animal y consultor independiente, Javier González.

En la ocasión, el experto comentó que las deformidades ocurren con bastante frecuencia en salmón y trucha bajo condiciones de cultivo. “La prevalencia es muy variable. El porcentaje de peces con anomalías medias o graves varía entre centro de producción, entre lotes de peces de una misma piscicultura e incluso dentro de mismo batch de ovas”, expuso. Precisó que, actualmente, “es casi imposible encontrar centros de cultivo sin ningún grado de prevalencia de deformidades”.

El problema de las deformidades de columna es que generan menor crecimiento, menor peso de cosecha, pérdida en rendimiento y representan un deterioro general en el bienestar de los peces.

“Las altas temperaturas (>8°C) aumentan el proceso de degradación de la matriz extracelular del tejido óseo. El periodo previo a la ova ojo es el más sensible a la temperatura”, especificó.

Javier Gonzalez explicó que “durante la fase crecimiento (>5 g), mientras más altas las temperaturas, mayor es la prevalencia de anomalías en las vértebras. La temperatura está más asociada a fusión de cuerpos vertebrales. A nivel molecular, se ha demostrado que altas temperaturas generan rápido crecimiento y afectan la transcripción de genes osteoblastos y condrocitos, cambiando la estructura y composición del tejido vertebral”.

En las deformidades también inciden factores nutricionales, como la deficiencia de fósforo, que puede generar una fusión de cuerpos vertebrales, huesos blandos, costillas dobladas, cuerpos vertebrales pequeños y vértebras radiológicamente hiperdensas. También puede haber deformaciones producto de deficiencias nutricionales de Vitamina C, Vitamina A (deficiencia y exceso), Vitamina K  y Vitamina D, además de Zinc y Manganeso.

En cuanto a la deficiencia de fósforo, particularmente, el especialista mencionó que esta produce menor crecimiento, aumento del Factor de Conversión de Alimento (FCR), pobre mineralización ósea y anomalías esqueléticas. En este último punto es que se puede producir columna con curvatura, huesos blandos, doblamiento de costillas pleurales, deformaciones mandibulares, compresión de cuerpos vertebrales, escoliosis, opérculos deformes y aumento de la grasa corporal.

Por último, otros factores de riesgo –según lo descrito– tienen que ver con las infecciones y uso de antibióticos y con vacunación e inflamación. “Los procesos inflamatorios también generan problemas de deformidades”, expuso el profesional. También citó otros factores, como fotoperiodo e intensidad de la luz, aspectos genéticos, hidrodinamia, polución y concentración de gases. De igual forma, puede influir la condición de los reproductores, la calidad de ovas, densidad de cultivo, estrés de manejo, factores mecánicos y variaciones de salinidad, entre otros.

Para terminar, Javier González entregó algunas recomendaciones a los salmonicultores para evitar este tipo de problemas como, por ejemplo, “revisar cada factor de riesgo en el sistema productivo y evaluar oportunidades de mejora”. También “diseñar un protocolo de seguimiento de deformidades vertebrales a través de diferentes técnicas de diagnóstico para determinar en qué momento se presenta el problema y sus posibles causas”. Asimismo, llamó a evaluar la suplementación con nutrientes que participan en la síntesis e integridad del tejido óseo, de ser necesario”.

 

 

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