PacificBlu y pescadores de Cocholgüe hacen positivo balance de alianza de trabajo

Ago 27, 2020

Esto, a pocos días que comience la veda de la merluza común.

A solo días que comience la veda de la merluza común (Merluccius gayi gayi), la que cada año rige en el país por todo el mes de septiembre, los pescadores artesanales e industriales merluceros de la región del Biobío realizan un positivo balance de la inédita alianza que generaron a principios de 2020 y que los tiene trabajando juntos y de manera colaborativa.

A la fecha, 390 toneladas de merluza común han vendido los pescadores artesanales cocholgüinos de manera directa y sin intermediarios a la empresa con sede en Talcahuano PacificBlu.

La venta de merluza común ha significado traspasos por $189 millones para el sector artesanal lo que, según explican, les ha permitido salir de una dura crisis que arrastraban hace varios años producto de los bajos precios de venta en playa que provocaba la pesca ilegal de merluza común proveniente de la zona norte del país, en particular de la región del Maule.

Según detalla el presidente del Sindicato de Pescadores, Armadores, Patrones y Tripulantes de Caleta Cocholgüe, Antonio Bustos, «la experiencia ha sido muy buena partiendo porque la empresa nos facilita hielo, cajas y así el producto llega en muy buenas condiciones y nos han sacado de encima un gran problema que teníamos».

En esa línea, Bustos dice además que «lo que más valoramos es que ahora nosotros salimos a pescar y sabemos de antemano el precio y que estará la empresa esperando nuestro producto. Si no tuviéramos este acuerdo de trabajo nuestra situación sería muy compleja, muy probablemente no estaríamos trabajando porque la pesca ilegal de merluza común proveniente de otras regiones hacía que el precio que ofrecían intermediarios era muy bajo».

Justamente, lo que explica Bustos fue una de las principales motivaciones para el acercamiento entre ambas partes: el bajo precio de la merluza común en los últimos años a causa de la pesca ilegal y que se comercializa sin mayor control en la región del Biobío, algo que han denunciado incluso a la Fiscalía y al Servicio de Impuestos Internos (SII) los diputados por el distrito 20 Gastón Saavedra (PS) y Leonidas Romero (RN).

Otro punto importante y no considerado inicialmente tiene que ver con la crisis sanitaria que vive nuestro país y que también ha golpeado a la pesca artesanal por limitar sus canales tradicionales de comercialización. En este sentido, el acuerdo de trabajo también les ha permitido a los pescadores de Cocholgüe poder seguir operando con normalidad teniendo en cuenta también que la demanda de merluza común se ha mantenido estable durante todo el año tanto a nivel local como en el extranjero a pesar de la pandemia.

En PacificBlu también valoran el acuerdo de trabajo. Según afirma su gerente general, Marcel Moenne, «la experiencia para nosotros ha sido muy buena, no hemos tenido problemas de calidad, se ha podido procesar la pesca sin generar alteraciones importantes en nuestra operación y existe un ambiente de colaboración por ambas partes que hace que todo se haga más fácil».

De Cocholgüe a Nueva York

Según explican desde PacificBlu, la merluza de Cocholgüe ingresa a la planta de proceso de la compañía, ubicada en la avenida Gran Bretaña de Talcahuano, y se comercializa en el mercado nacional bajo las marcas El Golfo y Alcopa y también se exporta a Estados Unidos en formato de filete congelado ingresando por los puertos de Nueva York y Baltimore y se puede encontrar en el retail de buena parte de la costa este.

Si bien este modelo de colaboración ha ido creciendo a otros sindicatos y caletas de pescadores artesanales merluceros, Moenne precisa que «es importante considerar que la planta tiene una dotación definida y estable y nuestros dos barcos generan un abastecimiento continuo donde la planta prácticamente no para nunca. En ese sentido la compra de pesca artesanal, dado que es discontinua por razones de restricciones climáticas se puede sumar a nuestra operación en planta, pero en volúmenes diarios limitados y en forma coordinada para que toda la pesca pueda ser procesada manteniendo la calidad».

En esa línea, el ejecutivo concluye que «el abastecimiento de nuestros barcos industriales es estable y continuo, a pesar de las malas condiciones de tiempo en la zona la planta solo presenta un promedio histórico de cinco días sin pesca al año lo que es condición necesaria para mantener la operación de una planta de proceso en tierra y nos permite en este caso también pagar un precio fijo y estable».

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